La búsqueda de una vida mejor ha llevado a miles de migrantes a buscar a personas sin escrúpulos que lejos de verlos como los seres humanos que son, los ven como mercancía, la cual si pueden “vender” es mejor, por ello se teme que las desapariciones de varias mujeres jóvenes indocumentadas, supuestamente ocurridas en el desierto de Arizona, estén relacionadas con una red de trata de blancas, pues todas tienen varios elementos en común.
Fue el grupo de rescate Capellanes del Desierto, el cual opera en Arizona, el que alertó sobre esta situación, pues en los últimos meses han recibido el reporte de la desaparición de 12 mujeres, todas ellas jóvenes y atractivas; quienes además viajaban con un pollero, el cual dijo a sus familiares distintas versiones sobre la última vez que las vieron, lo que aumentó las sospechas de que pudieran ser víctimas de una red de tráfico de personas.
En todos los casos, el coyote dice a los familiares que dejaron a las mujeres en el desierto pues ya no podían avanzar -cabe recordar que el camino es sumamente difícil y no todos logran completarlo- pero después les informa que fue detenida por la Patrulla Fronteriza. Lo cierto es que ni siquiera se sabe con certeza si en realidad salieron de México y se perdieron en Estados Unidos.
Migrantes vistos como mercancía
Una de las mujeres desaparecidas es Lizet Jazmín Baryas, una inmigrante salvadoreña de 23, que soñaba llegar a Estados Unidos para reunirse con su esposo, Carlo, quien dijo a Telemundo que desde mayo no sabe nada de ella, y al igual que con otras jóvenes, el coyote cambió la versión de la desaparición.
El esposo dijo que era el segundo intento de Lizet de cruzar la frontera, pues en el primero fue detenida y deportada. para lograrlo pagó a los coyotes 14 mil dólares. Aunque él la sigue esperando en Chicago, teme que sea víctima de traficantes que la estén prostituyendo.
Óscar Andrade, director de Capellanes del Desierto, dio una revelación bastante perturbadora, pues dijo que en su labor de rescatista de migrantes, colabora con la Patrulla Fronteriza, así como a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), pero también con una importante fuente: los coyotes. Son ellos quienes le han dicho que les gustan las jovencitas, sobre todo de países como Venezuela o Brasil, pues son “un gran negocio” para los traficantes de personas, incluso si a algún jefe le gusta una se la queda.
Desde su trinchera, Daniel Hernández, vocero de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson, ayuda a encontrar a los desaparecidos, el hombre dijo a EFE que cada vez que reciben el reporte de una persona extraviada envían recursos para iniciar su búsqueda.
Por su experiencia pudo dar una certera declaración: “Desafortunadamente los inmigrantes son solo ‘mercancía’ para los traficantes de humanos, sabemos que no se tientan el corazón para abandonarlos a su suerte”.
Aunque las desapariciones de migrantes son una terrible constante, lo cierto es que son muy diferentes a las de estas mujeres, pues de acuerdo a los Capellanes del Desierto, con ayuda de las autoridades o con sus propias búsquedas han tenido éxito, o en varios casos han encontrado a las personas sin vida, pero en las desaparición de las jóvenes mujeres no hay ni rastro de ellas.
DMGS
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