En el mundo del narcotráfico los emblemáticos personajes como “El Chapo” Guzmán, “El Jefe de Jefes” Miguel Ángel Félix Gallardo, “Mayo” Ismael Zambada García son reconocidos por la historia de cómo lograron evadir la justicia y crear imperios millonarios a través de la venta ilegal de estupefacientes, pero no sólo eso, también la logística que utilizan para poder cubrir su identidad y además ganarse el respeto de algunos poblados de México.
Uno de los principales capos que tuvo reconocimiento en los medios que hasta una serie con su emblemático apodo, Amado Carrillo Fuentes poseía una fortuna de más 25 mil millones de dólares, según datos de la DEA, fue líder del Cártel de Juárez y era famoso por su estrategia de poder pasar “oro blanco” al país vecino.
En los años 80 cuando comenzó el crimen organizado que vio una oportunidad en el tráfico de drogas, nuevos líderes estaban por iniciar su carrera, pero como es bien sabido es un negocio donde todos se conocen, y el Carrillo ante de cumplir la mayoría de edad ya tenía un vínculo con una de las figuras más importantes del gremio, compartía lazos sanguíneos con Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como Don Neto quien era su tío y le mostró el negocio de la marihuana.
Poco a poco pasó de sembrar a ser jefe de uno de los cárteles más conocidos del país por su forma de liderar y crear relaciones públicas con el famoso Pablo Escobar. Además su afán por los aviones por el cual se le llamó “El Señor de los Cielos” por su amor a los vehículos aéreos, que contaba con diversas flotillas de aeronaves para su uso personal y para el traspaso de droga.
Al tener tanto éxito en el negocio del narcotráfico, también tenía enemigos del mismo gremio y de políticos que estaban en la búsqueda de su captura. Y aunque su muerte ha sido un mito por las diferentes discrepancias que aparecen en el caso, desde la deformación de su rostro así como la aparición de tres cuerpos más no tenía concordancia sobre sí realmente habría fallecido el capo.
Los informes del gobierno comentaron que el líder se sometía a una cirugía estética, únicamente por vanidad, sin embargo, durante el proceso quirúrgico se pasó de dosis de sedante por lo que complicó todo, además de que el consumo frecuente de cocaína le ocasionó problemas de corazón y mientras lo iban a intervenir sufrió un infarto.
Cuando se filtraron fotografías del criminal en el ataúd entraron incógnitas sobre por qué tenía barba si la supuesta cirugía sería reconstrucción facial y una liposucción, además de que Jaime Olvera Olvera, cercano al “difunto” aseguro que no era cadáver del capo y a pesar de que él era testigo protegido fue ejecutado en 1998.
Incluso cuando investigaciones periodísticas decidieron retomar el caso años después, en una de las consultas a la Subprocuraduría Especial de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO) buscaron la forma de cómo corroboraron la muerte del delincuente sobre si fue a través de pruebas de ADN, pero la respuesta de la institución fue no tenía exámenes periciales ni algo relacionado aseguraron que en 7 áreas distintas de la PGR no existen documentos sobre averiguaciones previas que se compruebe sobre sí el personaje que presentaron como Amado Carrillo realmente falleció.
Pero todo conspira a que realmente la cirugía era para escapar de los enemigos que tenía y que no pudieran reconocer su nueva identidad para poder vivir de manera diferente en Cuba con un rostro distinto, información revelada por Washington Post, para hacer creer a los demás que su vida había terminado.
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