A diferencia del año pasado, cuando los niños Dios más comprados eran el de la salud y el doctor, ante la ola de Covid que también atravesaba el país; para este 2022 los mexiquenses buscan más al niño del trabajo o de la abundancia, por la difícil situación económica que viven, aseguraron artesanos y comerciantes del mercado de San Bartolo, Naucalpan.
Destacaron que la vestimenta del niño Covid fue solo una moda para la celebración del 2 de febrero del año pasado, producto de la pandemia; pero actualmente no se vende; pues aunque se enfrenta un repunte en los contagios, con la variante ómicron, la enfermedad no es tan grave.
“La creencia es que vistiendo a su niño del trabajo, este no les va a faltar durante todo el año”, comentó Juana Rosas.
Para los artesanos y comerciantes, la crisis económica que dejó la pandemia, también tuvo una importante afectación; sus ventas se encuentran a menos del 50 por ciento de lo que comercializaban en 2019, a pesar de que este año no se tienen restricciones sanitarias en el aforo.
Solo en el caso de los ropones actualmente están vendiendo, entre cinco y seis ropones al día, mientras que antes de la pandemia vendían 30 y en días buenos, hasta 50.
Además, los precios de los productos relacionados con esta tradición religiosa también se dispararon este año. La figura del niño Dios más económica de 15 centímetros, que costaba 60 pesos, ahora está en 80 pesos; pero el más grande subió de 200 a 250. Las sillas más pequeñas, aumentaron de 15 a 20 pesos, en el caso de la más económica.
“Ahorita ni la venta de los niños y ropones, ni de las cruces, ni de las canastas avanza. Toda la temporada de los niños se fue cuesta abajo. La economía no se presta para que la gente compre, o visten a su niño o comen”.
Para muchos de los artesanos, esta temporada va más allá de un negocio para ganarse la vida, es una tradición familiar heredada de generación en generación, ya que aprendieron a reparar estas figuras de yeso cuando eran niños, porque sus padres y abuelos, que también se dedicaban a hacerlo.
“Al día reparamos 10 bebés, es un oficio al que nos dedicamos desde hace 15 años; es una tradición familiar porque mi mamá ha reparado toda su vida niños Dios y ella nos enseñó a hacerlo”.
“Lo que comúnmente nos piden es detallarles los deditos, arreglarles los bracitos, ponerles pestañas. El niño más viejito que reparé era de una familia que tenía 80 años con él, era de madera con una capa de yeso muy ligerita”, comentó Jannete Flores.
“Toda mi familia se dedica a esto, mi mamá y hermanas, desde hace más de 20 años. La tradición se mantiene, pero algunas costumbres poco a poco se van perdiendo, en la época de mi abuela se vestía el niño de la rosca”, comentó Margarita Martínez González.
Destacaron que en la actualidad, se trabaja con más de 150 modelos de ropones, los más elaborados son los de diseñador, que se venden por catálogo; con un costo de entre 380 a 700 pesos.
Mientras que la vestimenta más económica es la tejida, realizada a base de estambre, que tiene un costo de 150 pesos.
En el mercado municipal de Naucalpan 19 locales fueron instalados para esta temporada al aire libre, junto al estacionamiento, para evitar la propagación de contagios.
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