El pasado sábado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habló sobre su estado en un video difundido en redes sociales, luego de que el viernes 21 de enero pasó la noche en un hospital de Ciudad de México tras someterse a un cateterismo cardíaco.
Ante esta situación López Obrador, señaló que sus médicos se habían preocupado por su salud, luego de la aparición de una posible obstrucción de sus arterias.
El mandatario de 68 años, aseguró que estaba previsto que se sometiera al cateterismo hace un poco más de dos semanas, sin embargo, tras contraer por segunda vez Covid-19 y el procedimiento fue suspendido.
Por otro lado señaló que ya había preparado un “testamento político”, el cual se tendrá que leer en caso de que muriera, esto en busca de orientar a sus seguidores, sin embargo, añadió que “no va, creo yo, a necesitar”.
Luego de las declaraciones del presidente, muchas personas se preguntan ¿qué es un testamento político y si en México es válido su uso? Por tal motivo a continuación te explicamos de qué es este documento.
¿Qué es un testamento politico?
Un testamento político es un documento en el cual su solicitante, quien normalmente es un personaje en el poder deja todas sus instrucciones de carácter político para que estas sean cumplidas por sus seguidores o subalternos, esto se hace con la idea de trascender en su cargo más allá de la muerte.
Este documento a lo largo de la historia, ha sido usado regularmente por personajes de la realeza y personalidades mesiánicas, sobre todo en países o regímenes totalitarios donde no existe en sus leyes que lo que pasará con poder ejercido por la persona a cargo.
Hay que señalar que a lo largo de los años, estas instrucciones póstumas han sido un intento de continuidad de una situación política específica, aunque la mayor parte de las personas que se quedan a cargo no las han cumplido del todo.
Por otro lado, en México no es necesario que el presidente funciones deje ninguna instrucción para ser cumplida tras su muerte, la Constitución Mexicana, prevé claramente quién y cómo debe suceder al presidente fallecido.
De acuerdo con el artículo 84 de la carta magna, en el caso de falta absoluta del titular del Poder Ejecutivo, será el secretario de Gobernación quien asumirá provisionalmente la presidencia, en lo que el Congreso nombra al presidente interino o substituto. Esta asignación debe ocurrir en un plazo no mayor a 60 días.
Si la muerte del presidente se da durante los dos primeros años de su gestión, el Congreso nombrará un presidente interino, que ocupará el cargo solamente hasta que se realicen unas nuevas elecciones.
Si esta ausencia absoluta de mandatario se da en los cuatro últimos años de la administración, el Poder Legislativo debe designar a un presidente sustituto, mismo que concluirá el período del presidente ausente.
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