Brigadas de vigilantes e integrantes del colectivo Tipilaltepemeh resguardan el monte comunitario de Milpa Alta para combatir la tala ilegal, los incendios forestales y buscar la conservación del territorio.
Las huellas de las botas se quedan plasmadas en la tierra, los machetes abren camino entre la hierba, hasta que los vigilantes llegan al mirador del cerro Cilcuayo, en la Alcaldía Milpa Alta, desde la caseta pueden observar los árboles renacientes tras los incendios forestales que azotaron la zona y desde lo alto vigilan que los taladores ilegales no logren sus cometidos.
“Aún con todas las situaciones adversas seguimos dando mantenimiento porque este suelo es un tesoro de nuestros antepasados que lucharon por este bosque, las autoridades son aves de paso, y nosotros no, porque vivimos aquí” narra Domingo Guzmán, adulto mayor y brigadista.
De acuerdo con los nativos de la alcaldía, un carro de trozo de madera aproximadamente está entre 7 mil y 11 mil pesos, material que se vende para muebles, por lo que las ganancias de la ilegalidad son millonarias.
Milpa Alta posee 12 pueblos de los cuales nueve son copropiedad, y es en ese territorio comunal en donde el colectivo Tipilaltepemeh
Busca la protección del monte realizando estudios para lograr la conservación, “aquí se trabaja con la Profepa en relación con la tala, pero veníamos denunciando ante Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX”.
Por Leslie Pérez
dza