El temor por asistir a un hospital y contagiarse de COVID-19 causó una reducción de hasta 90 por ciento en los donativos de sangre, lo que retrasa la atención de pacientes en estado de emergencia, donde contar con los insumos adecuados es un asunto de vida o muerte.
De acuerdo con la fundación Únete Dona Vida, de 40 voluntarios que se registraban a la semana, cuando aún no había pandemia, pasaron a cuatro después de la COVID-19, lo que llevó a algunos bancos de sangre a reportar escasez, como ocurrió en los bancos regionales de Hermosillo, de Ciudad Juárez, y en el Centro Médico Siglo XXI, de la Ciudad de México.
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“Se notó el temor de la gente por ir a donar, porque tenían que acudir a un hospital, y por eso se detuvo la donación, pero los accidentes no paran, tampoco los tratamientos contra la leucemia o los oncológicos”, señaló Alejandra Mendoza, directora de la fundación.
Y es que a pesar de que México se ha mantenido por varios años como el último lugar en Latinoamérica en materia de donación altruista, no se había llegado a niveles tan bajos como los actuales.
De acuerdo con datos del Centro de la Transfusión Sanguínea, en 2019 se reportaron un millón 724 mil 585 donantes en todo el país, siendo la CDMX, Jalisco y el Edomex las entidades que más recaudaron, con 321 mil 499, 136 mil 371 y 119 mil 897, respectivamente. En contraste, Campeche, Colima y Zacatecas tuvieron menos voluntarios.
Mendoza detalló que, en promedio, se tenían 143 mil donaciones al mes, lo que se redujo a 52 mil y 43 mil en las primeras semanas de la pandemia, lo que se mantuvo todo 2020 y aún crea rezagos este presente año. De seguir así, no se podrá llegar ni a la mitad de la captación esperada.
Insistió en que es necesario difundir las medidas de sanidad que se adoptan en los centros de captación sanguínea, tales como citas programadas, sana distancia y sanitización de los insumos con los que se obtienen la sangre. Un solo donativo puede salvar tres vidas.
POR FRIDA VALENCIA
DZA