Ante el incremento de contagios y con la intención de aplicar hasta 21 mil pruebas diarias gratuitas, volvieron a los centros comerciales los módulos de detección de COVID-19, donde ayer se registraron largas filas.
Aunque la atención inició a las 11:00 horas, desde las 9:00 de la mañana llegaron capitalinos a formarse, algunos con síntomas, otros que tuvieron en contacto con una persona con SARS-CoV-2 y otros porque en el trabajo las solicitan.
Hubo tardanza en la instalación, así como en la llegada de los reactivos, lo que retrasó la atención.
Formado en la fila de más de 200 personas en Parque Tezontle, Arturo González acudió para descartar la posibilidad de un contagio, pues no cuenta con recursos para acudir a un laboratorio.
“La mayoría de nosotros no contamos con los recursos económicos y estas son gratis; viene mucha gente ahorita, por lo de la tercera ola”, comentó.
En Plaza Zentralia, Ana María Luna, quien llevó a su suegra a aplicarse la prueba, se quejó de que no haya un trato preferencial para los adultos mayores, que pese a estar enfermos tienen que soportar de pie durante varias horas.
“No es justo que tengan a los adultos mayores tantísimas horas sin sana distancia”, expuso.
En Plaza Oriente se instaló un espacio para la aplicación de las pruebas; para recibir atención se requiere hacer cita previa, telefónica o por internet, y cobran 199 pesos.
Quienes acudieron a este punto, como José María Alanís, de 14 años, señalan que es una buena alternativa porque no pierden tanto tiempo en formarse y es barata.
José María acudió porque su papá y otros familiares son positivos, aunque al final él salió negativo.
Los módulos instalados en plazas comerciales se suman a los 49 en los centros de atención respiratoria del IMSS, los centros de salud y los 18 macroquioscos que hay en las 16 alcaldías.
DZA