PIENSA JOVEN

Pandemia en México: Hagan comparecer, otra vez, a López-Gatell

De acuerdo con estimaciones del The Economist, en México habría más de medio millón de muertes a causa del Covid-19

NACIONAL

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Hugo López Gatell secretaría de salud.Créditos: Foto: cuartoscuro.com

Una de las principales tradiciones parlamentarias dentro de una República es la existencia de espacios de discusión frontales donde se exigen cuentas claras a quiénes son responsables de conducir las políticas públicas de un país. Esto cobra fundamental relevancia cuando dichas políticas son fallidas y tienen amplias consecuencias. Lo mínimo que se debería exigir a los responsables de esos fracasos es que den la cara para informar el porqué de sus decisiones y explicar cuál fue su rol, si de acción o de omisión. ¿Lo normal? Que las cabezas rueden ante la probada incompetencia de aquellos que tenían sus metas claras y que claramente no las alcanzaron.

Ese debería ser el caso del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, que mantiene su trabajo y sus reflectores a pesar de que los datos reflejan que ha habido un deficiente manejo de la pandemia del covid-19. En mayo de este año, el semanario The Economist publicó un modelo estadístico que apunta a que México tiene un exceso de muertes de 350 por cada 100,000 habitantes debido a la pandemia y en comparación con lo reportado en los datos oficiales, que es una tasa de entre 150 y 200 muertes por cada 100,000 personas. De acuerdo a dicho modelo el mes con mayor mortalidad fue enero de 2021, momento en que comenzaron a relajarse abruptamente todas las medidas de cuarentena en el país. A ojo de buen cubero, si las cifras oficiales dicen que hay 229 mil muertos por covid, lo que nos dicen las estimaciones del The Economist es que en México habría más de medio millón de muertes.

La cosa aquí es que la pandemia no ha terminado y las malas decisiones en su manejo se siguen acumulando por montones. Es cierto, hay que reconocer que la campaña de vacunación del gobierno ha superado con creces las expectativas, pero eso jamás significa que se tengan que dejar de lado los errores de ayer, hoy y mañana. Sigue sin existir una justificación concreta y creíble sobre el porqué se decidió no vacunar al personal médico de instituciones privadas y que han sido fundamentales en la estrategia de reconversión hospitalaria que presume el gobierno cada que tiene oportunidad.

Cientos de miles de estudiantes regresarán a clases al finalizar el verano y en la mayoría de casos no hay suficientes garantías de que se cuenten con las condiciones sanitarias necesarias para ello. Claro que hay prisa para regresar a las aulas, especialmente para los segmentos de población que no cuentan con equipos digitales para tomar clases; pero entonces no se entiende por qué no se prioriza un regreso escalonado donde primero asistan a clases quienes más lo requieren. Forzar que la mayoría de estudiantes regresen abruptamente a clases supondrá un incremento significativo en las cifras de contagios y por lo tanto también de muertes. López-Gatell debería asumir un mayor rol para cooperar con las autoridades educativas y coordinar un plan para el regreso a clases, pero eso ya es mucho pedir.

Existen pues sobradas razones para que la siguiente legislatura de diputados federales llame a comparecer a López-Gatell, pero la cuestión aquí es justamente que él ya participó en una comparecencia en el Senado. Para fines prácticos de la transparencia y la rendición de cuentas, la sesión fue un desastre. Un ejercicio parlamentario de confrontación a los responsables de dirigir al país también requiere de la presencia de integrantes del legislativo con la capacidad y preparación suficiente para aprovechar una oportunidad de este tipo.

Pedir que comparezca el llamado zar anti covid-19 implica que debería existir la voluntad política para evitar que ese espacio se convierta en un circo. Que unos no pongan la canción para que otros tampoco la puedan bailar, pues. No dejemos que a López-Gatell se le olvide que seguimos en una crisis sanitaria, la cual él debió mitigar. Ni siquiera lo intentó.

mgm