Al pasar de 3 por ciento de prevalencia en mayo a 61 por ciento en julio, de acuerdo con el Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex), la variante Delta de la COVID-19 supone la extensión del confinamiento, pues con 39 por ciento de los mexicanos vacunados con al menos una dosis, aún faltan 49 millones de personas para que se logre la inmunidad de rebaño en el país.
Tras el primer caso registrado de la variante en México, el pasado 2 de mayo, en San Luis Potosí, las cifras pasaron de uno a 607, hasta el 10 de julio, de acuerdo con la base de datos Gisaid (Global Initiative on Sharing All Influenza Data).
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Dichas cifras llevaron a la Organización Mundial de la Salud a advertir sobre el rápido y alarmante aumento en los contagios y a afirmar que las variantes de la COVID-19 le están ganando la carrera a las vacunas.
Jairo Méndez, asesor de enfermedades emergentes de la Organización Panamericana de la Salud, alertó que de no contener los contagios e implementar más pruebas rápidas, la variante Delta, considerada como el tipo más peligroso de los 12 tipos detectados en México, podría ser la de mayor presencia en el país y el mundo para finales de agosto.
“La Ciudad de México es donde hay un mayor desplazamiento del virus, también detectamos niveles altos en Baja California y Quintana Roo (…) Las vacunas aprobadas son efectivas; sin embargo, ninguna vacuna es 100 por ciento eficaz. Entonces, no se pueden relajar las medidas”, señaló.
Alejandro Sánchez, miembro del CoViGen-Mex, detalló que entre más elevados sea el nivel de transmisión en la comunidad es más probable que ocurran mutaciones en el virus, por lo que alertó que, de no seguir con la sana distancia, la Delta no será la última mutación que se vea.
“La mera presencia de esta variante ya es una alerta. La Delta empieza a ganar terreno de una manera importante y sabemos que crean anticuerpos que incluso se resisten a las vacunas, pero no es del todo claro si anulan la respuesta inmune”, indicó.
PAL