Habitantes mayas de los municipios yucatecos de Kinchil, Celestún y de la comisaría de San Fernando en Maxcanú, se organizaron para realizar una autoconsulta en la que someterán a votación si renovarán o revocarán los permisos de funcionamiento de las granjas de cerdos de la empresa Kekén, las cuales amenazan su medioambiente y salud.
Este ejercicio democrático se realizará el próximo 25 de julio y días antes se llevarán a cabo asambleas informativas en esas localidades del poniente de la entidad, a través de las cuáles se darán a conocer los impactos ambientales provocados por las megagranjas asentadas en su territorio.
En rueda de prensa virtual,explicaron que convocaron a esta autoconsulta debido a la omisión del Estado al otorgar permisos a diversos proyectos extractivistas en Yucatán. Recalcaron que la están organizando ante el silencio del gobierno, las empresas y las autoridades que no hablan de las afectaciones, de los riesgos y de las consecuencias que trae la industria porcícola.
Alertan en Celestún
Uno de los organizadores, Alberto Rodríguez, de la agrupación Chik´in- Já, alertó de la situación de su municipio Celestún, en donde han denunciado que las granjas de Kekén descargan aguas negras que terminan en sus montes, cenotes y la costa.
De igual forma se dio a conocer que mientras todas las actividades económicas se detuvieron durante la pandemia de Covid-19 el año pasado, dicha empresa construyó dos granjas más en el municipio de Kinchil, por lo que aumentó la producción de cerdos y sus desechos fecales siguen contaminando.
Los comités mayas que han convocado a la autoconsulta lamentaron que el Estado otorgó permisos a las fábricas de cerdos sin consultarles previamente, lo que es una clara violación al derecho a la autonomía y a la libre autodeterminación que tienen como pueblo indígena.
Señalaron que con esta exigencia no sólo buscan defenderse frente a las afectaciones que ya padecen en sus pueblos por parte de las granjas, sino sobre todo, buscan cambiar la relación con el Estado, la cual enfatizaron, sigue siendo racista, tutelar y colonial.
DRV