El embajador jubilado y periodista, Agustín Gutiérrez Cannet, habló sobre la posición de México en la situación de represión y dictadura que se está viviendo en Nicaragua.
En entrevista para Heraldo Radio en “A la 1” con Salvador García Soto, Gutiérrez Cannet dijo que la posición de México ante la situación de Nicaragua es fallida, contradictoria y reprobable.
Mencionó que la considera fallida porque están utilizando una interpretación equivocada de la no intervención para no condenar las violaciones de los derechos humanos en Nicaragua. Además, también existe el principio de la promoción y defensa de estos derechos, pero hay un uso sesgado de este principio y una cierta simpatía con un supuesto gobierno de izquierda como lo es el del ese estado.
Consideró que en la política exterior se tiene que aplicar el principio de la protección de los derechos humanos, sin distinciones ideológicas, debido a que estos derechos son universales, no tienen fronteras ni ideologías. “El derecho a la libertad de elegir a nuestros gobernantes, el derecho a la libertad de expresión, están consagrados por la declaración universal de la ONU, de la cual México ha ratificado”.
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Agregó que le parecen verdades argucias de muy bajo nivel, la posición que México ha adoptado e hizo un llamado para que eso cambie, ya que “el prestigio diplomático de México está cayendo a pasos agigantados”.
“Me parece que el miedo a condenar a este régimen de Daniel Ortega es avalar la dictadura que reprime a los opositores… simpatizantes del gobierno sandinista… Me parece una aberración histórica… que ahora estemos apoyando al dictador en el que se ha convertido Ortega, escondiéndonos en una falsa interpretación del principio de no intervención”, aseveró.
También expresó que el subsecretario para América Latina y el Caribe de la cancillería mexicana, Maximiliano Reyes, no tiene ni idea de lo que es la historia digna de la diplomacia mexicana y que no tiene experiencia en este tema, no tiene conocimientos del derecho internacional y no respeta la digan política exterior de México, que siempre ha sostenido en Centroamérica.
Destacó que la postura de Reyes “…es una decisión pusilánime, miedosa, que no se compromete abiertamente para condenar al régimen violador de derechos humanos en Nicaragua”.
Pidió que se dejen de devaneos los improvisados de política exterior que desconocen la tradición diplomática de México, y de los usurpadores que ocupan estos puestos dejen de engañar a la opinión pública, utilizando un falso argumento.
“México debe pronunciarse en contra de la violación de los derechos humanos en Nicaragua, y por ello, no será acusado de injerencista ni violará el principio de no intervención, consagrado en la Constitución”, puntualizó.
atm