VOLCANES

¿Qué significa Popocatépetl e Iztaccíhuatl, nombres de los volcanes más famosos de México?

Aquí te contamos la historia de estos volcanes considerados la segunda y la tercera montaña más altas del país

NACIONAL

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Volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.FOTO: Cuartoscuro

El volcán Popocatépetl elevado a más de 5,540 metros sobre el nivel del mar yace muy cerca del Iztaccíhuatl, un volcán que alcanza los 5,286 metros, ambos son la segunda y la tercera montaña más altas de México.

Su majestuosidad ofrece uno de sus paisajes naturales más icónicos del país, de hecho el Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl Zoquiapan que conforman, resguarda dentro de su superficie de 172 mil hectáreas una de las áreas naturales protegidas más antiguas del país, por lo que el sitio fue declarado en 2010 por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.

El Iztaccíhuatl, que comenzó a formarse hace 1.7 millones de años atrás, le debe su nombre a la palabra en náhuatl compuesta por los vocablos iztac (blanco) y cihuatl (mujer), que en conjunto significa “mujer dormida”, por eso se dice que al observar el  volcán se percibe la silueta de alguien recostado.

La palabra Popocatépetl proviene de los términos popokani (humear) y tepetl (montaña), por lo tanto significa "montaña que humea". Algunos refieren que el término también tiene origen de la palabra popocatzin, que se traduce como "el humeador".

La leyenda

Sin embargo, se dice que sus nombres surgen de una leyenda. Esta cuenta que ambas estructuras volcánicas representaban a dos Tlaxcaltecas; una doncella llamada Iztaccíhuatl y un joven guerrero de nombre Popocatépetl.

Durante esa época se dio una batalla entre los Tlaxcaltecas y sus enemigos los Aztecas. Popocatépetl enamorado de la princesa Iztaccíhuatl, pidió su mano antes de partir a la batalla, pero el cacique del pueblo no se la concedió a menos que regresara sano y salvo de la guerra.

La joven Iztaccíhuatl que aguardaba el regreso del guerrero, recibió la noticia de que su amado había muerto en combate, y desconsolada murió de tristeza.

Al poco tiempo el joven regresó victorioso a desposar a la doncella, sin embargo, al enterarse de su fallecimiento ordenó erigir una gran tumba bajo el Sol. Los cerros se amontonaron para recibir el cuerpo de la princesa, quien yacía recostada sobre la cima de la gran montaña, mientras que Popocatépetl permaneció a su lado, arrodillado y con una antorcha humeante para velar eternamente el sueño de su amada.

Con el paso del tiempo la nieve cubrió sus cuerpos y los transformó en dos enormes volcanes que permanecen juntos.

 

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