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MOMIAS

¿Cuál es la verdad científica de las Momias de Guanajuato?

La ciencia detrás de las momias es más rica e interesante de lo que pensabas

NACIONAL

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La preservación de las momias requiere de procesos técnicos.Foto: CuartoscuroCréditos: Cuartoscuro

Históricamente el cine nos ha llevado a asociar a las momias con cuerpos llenos de vendas que pueden cobrar vida de manera inmediata si se rompe el sortilegio de una importante tumba, sin embargo, todo es un poco más complejo. 

Los mexicanos no necesitamos ir hasta Egipto para poder ver un cuerpo antiquísimo preservado; basta con viajar al bajío, específicamente a Guanajuato, para poder observar esta maravilla de la ciencia natural y humana, pero ¿Cómo se preservaron? 

Existen tres tipos de momificación: la momificación natural, en la que la naturaleza, con condiciones específicas como desertificación o congelación, logra preservar los cuerpos. Ejemplo de este tipo de momificación son los mamuts o los cuerpos de los primeros seres humanos. 

Otro tipo de momificación es la llamada antropogénica, que significa que los seres humanos de manera completamente intencional utilizan técnicas para preservar los cadáveres como la extirpación de vísceras, embalsamamiento o disecación. Ejemplo de esto serían los animales disecados que hoy en día es relativamente fácil encontrar en los museos de historia natural. 

Las momias de Egipto son ejemplo de una forma de momificación. Foto: Archivo

El tercer tipo de momificación es la intencional, un paso intermedio entre las dos anteriores. En estos casos, los seres humanos aprenden sobre las condiciones naturales que permiten que un cadáver se momifique y aprovechan esas condiciones que ya existen en el ambiente para realizar los procedimientos. 

Debido a que desde el momento mismo de la muerte las células empiezan a descomponerse, podríamos explicar la momificación como una lucha constante entre la desaparición y la preservación de los tejidos naturales.

Esta preservación de los tejidos tiene mejores condiciones para desarrollarse en ambientes extremos. Es por eso que en la zona de lo que comprendía Aridoamérica, es decir, el norte del país, principalmente y hasta lo que ahora es la región del Bajío, es más probable encontrar animales o restos humanos momificados. Los grupos nómadas utilizaban las cuevas como espacios para colocar los restos humanos, lo que permitía que los cadáveres estuvieran más aislados de condiciones como la lluvia o el viento.

En cambio, en la zona de Mesoamérica es menos probable pues el ambiente tiende a ser más tropical además de que las culturas no acostumbraban a resguardar los cadáveres en cuevas, por lo que no era común que se preservaran. 

Durante la época colonial las formas de enterrar a los difuntos cambiaron radicalmente pues los españoles establecieron cementerios que propiciaron la descomposición natural de los cuerpos. Únicamente en los casos en los que los cadáveres fueron resguardados en nichos dentro de los templos, los cuerpos estuvieron protegidos de las condiciones atmosféricas. Es así que se preservaron importantes difuntos como Fray Servando Teresa de Mier. 

Si bien hoy en día hay lugares como Guanajuato que son famosos por las momias que se han encontrado, es relativamente reciente el estudio de la momificación en México. Recién en 1998 se constituyó el primer equipo interdisciplinario para investigar, conservar y analizar los restos momificados que se han descubierto. 

Al mismo tiempo se desarrollaron mecanismos técnicos para tratar a las momias y garantizar que los especialistas puedan extraer la mayor cantidad de información posible. Por ejemplo, hay formas específicas de cavar alrededor de los cadáveres, se tienen que tomar pruebas de la tierra en donde se encontró el cuerpo y se tienen que anotar minuciosamente algunas cuestiones como la posición, orientación, profundidad del cuerpo. Una vez que los restos son extraídos de su ambiente, no hay vuelta atrás. 

Estas investigaciones han permitido a los científicos conocer más sobre el pasado de nuestra cultura y también, incluso, investigar sobre enfermedades del pasado para generar mecanismos sanitarios de protección que permitan que las enfermedades no resurjan o se puedan combatir de maneras más efectivas.

Así que ya lo sabes: las momias no son sólo curiosidades, sino también una gran fuente de conocimiento sobre nuestro pasado biológico y natural. 

IS