Cada fin de año invita a la reflexión sobre lo acontecido y a la proyección de lo esperado. En México hay un sinfín de temas por analizar, por lo que he decido abordar únicamente dos en este breve espacio: el económico y el migratorio.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el gobierno de México es uno de los que menos invirtió para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia. El gasto adicional relativo a nuestro PIB es el más bajo en el continente americano y estamos en los niveles de África Subsahariana. El inexistente apoyo a la economía está pasando factura.
La supuesta recuperación en “V” ha llegado a su fin. Tristemente no regresamos a niveles pre pandémicos y difícilmente lo haremos. De hecho, la tendencia de crecimiento a la baja que venía gestándose previo a la crisis, ha retomado su trayectoria decreciente.
¿A quién o a qué le debemos gran parte de nuestra recuperación? A los Estados Unidos, a sus estímulos fiscales, al TMEC, y a la donación de vacunas; tanto las que volaron a México, como las que los mexicanos obtuvieron volando a EE.UU. Adicionalmente, el sector privado mexicano ha buscado maneras de incentivar la economía.
Existen importantes esfuerzos para atraer inversiones y reorientar las cadenas globales de suministro para que tengan mayor presencia en México y Norte América. Sin embargo, el sector privado sólo, no puede generar los flujos necesarios.
Se ha repetido hasta el cansancio: se necesitan garantías sobre el respeto a los contratos y a las instituciones (jurídicas, económicas y académicas). Urge generar certidumbre y un plan económico, de preferencia, que apunte a las energías limpias, pero ese, creo que sí es caso perdido.
Te puede interesar: Telescopio James Webb: La NASA explorará el espacio con su misión más ambiciosa
Crisis Migratoria: Más que un problema, una oportunidad de crecimiento
Así como volteamos al norte en búsqueda de soluciones, México nunca ha visto al sur como tal. Las tragedias nos hacen reaccionar, cubrir nuestra doble moral, y recordar la crisis humanitaria que vivimos en nuestra frontera sur. Las muertes en Chiapas tras la volcadura de un camión con más de 160 migrantes hacinados, no es un accidente. Es un reflejo de un sistema saturado, podrido y abandonado.
Solo en 2013, México recibió cerca 1,300 solicitudes de refugio. De enero a noviembre de este año, hemos recibido más de 123 mil. Eso es un incremento mayor al 9,400% en menos de una década. De todas las solicitudes de refugio que México recibió del 2013 a la fecha, el 43% sucedieron este año y aún faltan las de diciembre.
Mientras los flujos migratorios incrementan de forma exponencial, en términos reales el presupuesto de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) disminuyó y la política migratoria se limita a la movilización del ejército a la frontera.
Adicional a las personas que migran por cuestiones humanitarias, México recibió flujos sin precedentes de trabajadores y nómadas digitales. La coyuntura migratoria se puede abordar de dos maneras: como una amenaza o como una oportunidad.
Los beneficios por acoger migrantes de manera ordenada, institucional y planificada son innumerables. Grandes empresas mexicanas fueron fundadas por migrantes o hijos de migrantes. El primer emprendimiento mexicano en lograr una valuación superior al billón de dólares fue fundado por venezolanos, KAVAK.
Miles de trabajadores centroamericanos han encontrado espacios en empresas mexicanas gracias a la coordinación entre el sector privado y la ACNUR. Un estudio de Endeavor revela que los startups de tecnología en la Ciudad de México con al menos un fundador extranjero reciben más inversión, generan más empleos y tienen mayores probabilidades de éxito.
Durante el 2022 México puede capitalizar grandes cambios en su economía y en su estructura social y productiva, únicamente que esto, no sucederá con discursos mañaneros. Necesita acciones. Necesita política pública.
Por: Pedro Casas Alatriste es candidato a Maestro en Políticas Públicas de Desarrollo Internacional por la Universidad de Georgetown, Fellow de la US-Mexico Foundation y Fundador de En Esta Esquina A.C.