Arturo Beltrán Leyva organizó una posada que resultó inolvidable en su lujosa finca ubicada en una zona exclusiva en Cuernavaca, Morelos. Aquel diciembre de 2009, todos los tabloides nacionales dieron a conocer la gran fiesta que incluyó a narcotraficantes de alto rango, entre ellos, Édgar Valdéz Villarreal alias “La Barbie” y una veintena de sexoservidoras que los acompañaban.
La narcoposada se llevó a cabo dentro del conjunto residencial Altitude “Punta Vista Hermosa” sobre la avenida Alta Tensión de la capital de Morelos. Uno de los grupos contratados para amenizar el festín eran Los Bravos del Norte de Ramón Ayala, que incluso fueron ayudados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que les brindaran medidas de protección de acuerdo con la averiguación PGR/SIEDO/UEITA/168/2009 a la que tuvo acceso El Universal.
La comida que degustaron los narcos e invitados especiales fueron taquitos de carne asada y cerveza, whisky y tequila, según revela la declaración de uno de los ayudantes de cocina que estuvieron en el lugar tomada de la misma carpeta de investigación.
Una de las mujeres que los narcos contrataron para la narcoposada de nombre Lizeth, contó cómo fueron contactadas a través de una de sus amigas conocida como La Tachi quien fue informada de la fiesta por una señora de nombre Ana o Vicky. La invitación incluía el pago mínimo de 5 mil pesos por acudir de Acapulco a Cuernavaca, donde estaba la finca del “Barbas” Beltrán Leyva.
A las 6 de la tarde de aquel 10 de diciembre, las mujeres llegaron a Cuernavaca y se unieron al resto de las 25 chicas que iban en total. Todas fueron hospedadas en un motel llamado París. Una hora después, Lizeth contó que llegó un grupo de hombres y las comenzaron a subir en grupos de cinco en varias camionetas de lujo. Lo primero que la mujer se percató fue que los hombres estaban armados.
Inicia el tiroteo entre narcos y efectivos de la Marina
Las mujeres bailaban ya en la narcoposada mientras que los conjuntos musicales Los Cadetes de Linares y Los Bravos del Norte se alternaban en el escenario. De acuerdo con el expediente oficial, alrededor de la medianoche, justo cuando Ramón Ayala y sus Bravos del Norte hacían su presentación, Édgar Valdéz Villarreal entró corriendo en el cuarto donde estaba Arturo Beltrán y grito: “Jefe, fuga. Vámonos”.
En ese momento, Arturo Beltrán Leyva, el que había sido uno de los dirigentes del Cártel de Sinaloa, salió a toda marcha junto con “La Barbie”, Sergio Villarreal alias “El Grande” y seis de sus escoltas mientras las fuerzas armadas comenzaron con el ataque.
El operativo desplegado por la Marina fue agresivo con gran armamento y helicópteros que sobrevolaban el conjunto habitacional que cuenta con edificios de más de 15 pisos. Los narcos respondieron con todo el arsenal que tenían a la mano, incluyendo granadas de fragmentación con las que lograron herir a tres soldados al detonar un par de ellas.
Mientras, Arturo Beltrán y el resto de sus acompañantes subieron a camionetas de lujo al tiempo que disparaban sus armas largas que eran repelidas por los soldados de la Marina. Tanto las mujeres y los Bravos del Norte y los Cadetes de Linares se cubrieron de los ataques tirándose al suelo.
El resultado de la cruenta narcoposada fue la muerte de Arturo Beltrán Leyva y sus seis guardaespaldas. En su momento, se informó que “La Barbie” había sido atrapado, pero se desmintió el hecho. La ciudad de Cuernavaca quedó momentáneamente en una suerte de “toque de queda” a petición del entonces secretario de Morelos, Jorge Morales Barut, para que la gente evitara salir de sus hogares mientras las fuerzas federales se encargaban de la situación.
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