Corría el 30 de agosto de 2010, en un espectacular operativo, el gobierno de Felipe Calderón se dio a la tarea de presentar ante los medios de comunicación a un peligroso narcotraficante y líder criminal, acusado por diversos delitos entre ellos: delitos contra la salud, delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad, homicidio calificado y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.
El sujeto en cuestión tiene por nombre Edgar Valdez Villarreal, conocido en el mundo del hampa como “La Barbie”, un sujeto de tez blanca y cierta simpatía que en realidad era su máscara para aparentar algo que no era, sin embargo, esa imagen fue la última que vieron varios enemigos criminales a quienes se encargó de quitar del camino.
“La Barbie” fue una de las personas de confianza de Arturo Beltrán Leyva, su origen texano le daba una posición privilegiada dentro del grupo de confianza del capo, cuando era joven era conocido como Mike o el Juedo, inició como vendedor de marihuana en Laredo, Texas.
A sus 20 años decidió que el ‘negocio’ debería ampliarse y por ello extendió sus redes de distribución en Tennessee y Mississippi, lugares a los que enviaba cargamentos de hasta 20 kilogramos de cocaína cada cierto tiempo.
Sin embargo, la suerte cambió para él entre 2002 y 2003, el creciente duelo entre el Cártel del Golfo y su escisión (Los Zetas), representaron más que una preocupación para su fértil negocio en Laredo, así que decidió escapar junto con su equipo a Monterrey.
Fue por esa época en que conoció al llamado ‘Barbas’, Arturo Beltrán Leyva, durante una reunión en la Ciudad de México, Arturo era el líder entre sus hermanos, quienes estaban asociados con el Cártel de Sinaloa y su líder, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.
Gracias a su cercanía con Beltrán Leyva y sus nexos con el ‘Chapo’, la ‘Barbie’ intentó de nueva cuenta recuperar sus antiguos territorios en Nuevo Laredo, y lo logró solo por un tiempo, en 2003 se acercó con Osiel Cárdenas Guillén, jefe del Cártel del Golfo y llegaron a un acuerdo para utilizar el corredor Laredo para el trasiego de drogas a cambio de un pago por derecho de uso, sin embargo, ese mismo año Cárdenas fue detenido y hasta ahí llegó el negocio.
Valdez Villarreal era todo un personaje, durante la mañana vestía de traje, algunos de sus allegados o personas que lo conocieron indicaron que era una persona educada, que en ocasiones se expresaba en inglés y sin ningún pudor mandaba cerrar antros de moda, bares o restaurantes para cenar a gusto con su grupo de ‘trabajo’.
Estrella de cine
Otra de las características de “La Barbie” era su singular simpatía, cosa que quedó de manifiesto el día que lo detuvieron, frente a las cámaras de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y de los medios de comunicación, Valdez Villarreal sonreía de manera socarrona, esposado, pero no se le notaba preocupado, al contrario, se veía muy seguro de sí mismo.
Tanta era su seguridad que se atrevió a dictar un guion de película para que su personaje fuera visto en la pantalla grande, con un título acorde a su ‘grandeza’, denominado ‘Crónicas de un narco’, una película que mostraría su ascenso al poder, sus relaciones familiares y sentimentales (Alicia Machado incluida), sus disputas con otros cárteles y sus relaciones con personajes dentro del poder en México.
La producción de la película se realizó en el 2008, la ‘Barbie’ señaló que nunca supo dónde quedó el corte final, en YouTube puede encontrarse una versión muy similar con un protagonista llamado “Édgar Valdivia” cuyo parecido físico con el narcotraficante era muy obvio.
De acuerdo con el periodista Diego Enrique Osorno, la película fue grabada en Monterrey y Acapulco. El protagonista es interpretado por Diego Dreyfus, actualmente retirado y conocido como el polémico “coach de vida de los famosos”, la cinta muestra los lujos, los excesos, las muestras del poder extremo y los encuentros directos contra sus enemigos.
En 2015, junto con otros 11 narcotraficantes fue extraditado a Estados Unidos por una petición de la Corte Federal de Distrito del Este de Louisiana, por narcotráfico y lavado de dinero.
El 11 de junio de 2018 recibió una condena de 49 años un mes y 192 millones de dólares por delitos relacionados con tráfico de drogas y homicidio. De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, la “Barbie” jugaba un doble juego, con el gobierno federal y como informante de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA).
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