En el Valle de Toluca, los panteones recobraron vida, pues familiares llevaron luz, calidez y amor a sus fieles difuntos al poder velarlos en el “Día de muertos”, algo que no pasaba desde noviembre de 2019 ante la pandemia de COVID-19.
Metepec, Zinacantepec, San Mateo Atenco, Almoloya de Juárez y en alguno sitios contados en Toluca, son algunos municipios donde se dio el reencuentro entre los seres vivos y los que han partido al otro mundo.
En el panteón de Capultitlán, en la capital mexiquense, la práctica milenaria se hizo con respeto a la pandemia porque las familias cumplieron con el uso de cubrebocas, la aplicación de gel y la sana distancia, pues la convivencia se limitó en las tumbas de sus seres queridos.
De un momento a otro, a esta delegación les avisaron que podían velar pese a que en el ayuntamiento la instrucción inicial fue no dejarlo hacer en los 47 camposantos, dos de orden municipal.
Desde este lugar de eterno descanso, Mario Flores Romero acudió con su hijos y sobrinos para hacer compañía a la tumba de su hermano, que murió de Covid, pero también la de sus padres.
Como familia al menos tienen 12 fosas y en esta ocasión sólo estuvieron en dos para evitar la convivencia con otros habitantes y cumplir con las medidas sanitarias.
“El rol es levantarse cada media hora, cada 40 minutos e ir a dar una vuelta para ver en qué condiciones se encuentran las ceras, obviamente tienes el rose con la gente, es lo que estamos evitando ahorita, ahorita prácticamente no adornamos las otras tumbas”, mencionó.
Siguen protocolo sanitario
Otras familias como la de María de los Ángeles Jiménez acataron la medida de ir dos integrantes. Mientras que que más de la mitad optó por no ir o solo ir a enflorar, encender velas y retirarse.
“Es una manera de recordar y compartir cómo estar con él como si estuviera él aquí con nosotros y pues nos vienen recuerdos y vivencias… creo que un 50 por ciento si ha venido porque en unos lugarcitos como que si está sólido… lo del cubrebocas, lo del gel que viene siempre en tu bolsa y lo de estar aislados”, compartió.
A otros la alegría y nostalgia los invadió como al septuagenario Antonio López Martínez, quien recordó que es una tradición heredada de generación en generación. Hoy por la pandemia, esta consiente que debieron velar sólo dos por familia.
“Una alegría muy grande, retomando nuestras tradiciones que año con año veníamos celebrando y pues por cuestiones de la pandemia, de salud pues se nos suspendieron… es muy poco el aforo que tiene el panteón… mucha gente vino, tomó la florear y pusieron las velas o veladoras y se retiraron”, señaló.
El floreado, como colocación de veladoras y parafinas en las tumbas se dio durante la tarde del lunes en Toluca que restringió la velación en sus 47 panteones, pero de última hora lo flexibilizó.
En municipios como San Mateo Atenco se impuso un registro y el pago del servicio de la tumba para pasar, en tanto en Almoloya de Juárez no se desplegó algún dispositivo de seguridad ni protección civil.
En Zinacantepec en el panteón municipal se presentó un evento artístico y hasta música regional y en Metepec se desplegó un esquema de vigilancia con más de 150 elementos de Protección Civil y policía municipal.
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