A casi dos semanas del arranque de la vacunación contra el COVID-19 ya se acumulan varias historias de “gandallas” que se saltaron la fila para ser inmunizados o beneficiar a familiares, pese a la instrucción de proteger primero al personal de salud que atiende de forma directa la epidemia.
El 30 de diciembre se reveló que el director del Centro Médico Licenciado Adolfo López Mateos, José Rogel Romero (Lord Vacunas) promovió la vacunación de dos de sus familiares.
Por estos hechos, el director del hospital adscrito a la secretaría de Salud del Estado de México se separó de su cargo para dar lugar a las investigaciones correspondientes y la dependencia aseguró que será sancionado.
Ese mismo día también se difundió la versión de que 29 funcionarios de Coahuila fueron vacunados, entre ellos el jefe de la jurisdicción sanitaria número dos, Guillermo Herrera.
Aunque su labor es más de tipo administrativo, la Secretaría de Salud estatal argumentó que Herrera fue incluido porque suele acudir a supervisar las unidades médicas que atienden pacientes con coronavirus.
Además, dos ingenieros de sistemas pertenecientes al IMSS también “se saltaron la fila” para ser inmunizados, por lo que la representación del Seguro Social en Coahuila abrió una investigación.
Uno de los casos que generó mayor indignación fue el del oftalmólogo del Hospital Central Militar, Alejandro Silva, quien tampoco forma parte de la primera línea de atención de pacientes con COVID-19.
Los casos de influyentismo han llegado incluso a Estados Unidos, donde Ricardo Muñoz, vocalista del grupo musical Intocable, aseguró que ya fue vacunado contra el COVID y presumió tener “palancas” que le facilitaron la inmunización.
Por Gerardo Suárez