Toma de casetas

Impunidad en la toma de casetas deja vulnerables a conductores

Se teme que la delincuencia organizada esté detrás de la toma de casetas en México, recibiendo millonarias ganancias

Impunidad en la toma de casetas deja vulnerables a conductores
Toma de casetas FOTO: ARCHIVO

En distintas autopistas de Jalisco, las casetas están tomadas por presuntos ejidatarios, colocan grandes conos naranjas para impedir el paso del vehículo, exigen cuotas e intimidan en grupo a quienes se niegan a pagar.

"No te voy a dejar pasar”, expresa un ejidatario.

“Carnal me estás diciendo que me vas a negar la libre circulación. Es un derecho constitucional", responde el automovilista.

Estas escenas se han hecho frecuentes diariamente en las tomas de casetas en distintas entidades de la República Mexicana, Jalisco no es la excepción.

Paola, residente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, decidió viajar vía terrestre hacia una entidad del Norte del país, pero horas más tarde se arrepintió. Ella misma explica a El Heraldo de México:

“Las personas que las tienen tomadas no son nada amables, por el hecho de que te exigen un pago y si tú te rehúsas a dar ese pago se ponen agresivos porque no te quieren dejar pasar, porque se ponen a hacerte montón entre todos y ves a tanta gente que la verdad terminas pagando la cuota que te están pidiendo”.

Ante este escenario, uno de los graves riesgos es sufrir un accidente porque nadie responde. Así le pasó a esta joven madre, su auto cayó en baches y se reventaron los neumáticos, a pesar que eran nuevos, pero no encontró apoyo de grúa mientras pasó horas en la oscuridad de la noche y el frío, con su hija de cinco años.

“Hablé a la caseta que seguía y dijeron que no podían hacer nada por mí. Estábamos en medio de la nada, iba yo con mi hija y mi esposo y nos quedamos literal en medio de la nada a las 10 de la noche, 11 de la noche, no recuerdo”

Entre llamadas telefónicas a talleres cercanos, por fin, durante la madrugada arribó un especialista en llantas. La familia pudo continuar su camino, hasta la siguiente caseta, sólo para hacer otro coraje.

“No se me hizo para nada justo porque se supone que con el pago de la cuota que te están pidiendo llevan un seguro, te pasa algo y ellos no se hacen responsables cuando ya por fin me arreglaron el problema eran las 2 de la mañana. Llego a la siguiente caseta y rapidísimo me pidieron el pago, entonces le dije: oye cómo te voy a pagar algo que ni siquiera ustedes me están respondiendo. Y me dijeron ese es su problema, no es el nuestro. A mí nadie me ayudó con nada y terminé pagando las casetas y resolviendo yo sola el problema. Imagínate que me haya quedado yo sola con mi hija”.

Intimidar a los automovilistas para que paguen una cuota autofijada por los ejidatarios sin dar ningún respaldo, se ha vuelto un modus operandi que les está resultando en jugosas ganancias, subraya el investigador jurídico del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdG, Francisco Jiménez Reynoso.

“Te dicen: ‘aquí cuesta 200 y le estamos cobrando 100 pesos’. Así te lo dicen. No te dicen: ‘lo que sea su voluntad’, ‘lo que usted quiera’, ‘lo que usted guste’…Son casas de campaña, decenas de personas las que he visto en algunas casetas personalmente. Esto ya se salió de control”.

Hay distintas versiones sobre el real motivo de la toma de casetas, los ejidatarios argumentan que el gobierno les arrebató sus tierras; sin embargo, los especialistas temen que la delincuencia organizada está presente.

“Ya se salió de control y trae varios intereses de por medio. Desde un intento de desestabilización al Gobierno Federal, que se conjuga con la actividad de la delincuencia organizada, que es la capacidad de retar al gobierno federal, estatal y municipal que utiliza a un pueblo con hambre, con muchas necesidades básicas y elementales y que los utiliza como carne de cañón para tomar las casetas”.

La crisis económica y el desempleo que trajo consigo la pandemia de COVID-19, haría más atractivo participar en la toma de casetas, lamenta Jiménez Reynoso.

“Si hay desempleo, se incrementa la necesidad, se incrementa el hambre, hay familias completas que no tienen otra opción más que enlistarse en esa actividad”.

El investigador recuerda que los gobiernos federales anteriores hicieron grandes negocios con empresarios vinculados a proyectos de infraestructura carretera.

“Fue un exceso de las pasadas administraciones priistas y panistas que hicieron negocios con empresarios, sin escrúpulos ambos para hacer el gran negocio de su vida con las carreteras y eran concesiones por 20 años que ya pasaron y siguen cobrando ahí. Son todos estos factores juntos lo que están haciendo esta crisis que ya se salió de control”.

Se desconoce las ganancias que dejan las casetas tomadas en México, pero se estima que durante 2019 fueron 3 mil millones de pesos en el rubro concesionado: Caminos y Puentes Federales, CAPUFE y el Fondo Nacional de Infraestructura.

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