FISCALÍA GENERAL DE JUSTICIA

FGJ descarta extorsión o cobro de piso en muerte de empresario francés

La Fiscalía General de Justicia aseguró que se realizan los peritajes correspondientes y se lleva a cabo la búsqueda de testigos

NACIONAL

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El vocero de la FGJ, Ulises Lara, presentó un informe sobre el homicidio del empresario. Foto: Especial

La Fiscalía General de Justicia descarta que el asesinato del empresario franco-mexicano, Baptiste Jacques Daniel Lormand, y su socio Luis Orozco, esté relacionado con el secuestró, extorsión o cobro de piso.

El vocero de la FGJ, Ulises Lara indicó que la muerte de ambas personas ocurrió al sur de la Ciudad de México, y estaría relacionada con su actividad comercial y el robo de mercancías que son parte de las líneas de investigación que llevan a cabo.

Comentó que desde el momento que se reportó la desaparición de ambos, la Fiscalía de Búsqueda de Personas Desaparecidas puso en marcha los protocolos de búsqueda y se ha mantenido en contacto con los familiares de las víctimas así como con las autoridades de la embajada de Francia en México.

Lara López aseguró que se realizan los peritajes correspondientes y se lleva a cabo la búsqueda de testigos, localización de videocámaras tanto públicas como privadas, y por lo pronto rechazo que ambos empresarios estén involucrados en actividades ilícitas.

“Están haciéndose todas las indagatorias para poder esclarecer los hechos. Lo que sí puedo decir es que hasta ahora, no tenemos ningún dato, tanto de la persona de origen franco-mexicano, ni con nuestro connacional, toda vez que no tenemos datos de que hayan sido víctimas de extorsión o estén vinculados a otra actividad”, afirmó.

El vocero de la FGJ también informó que tienen asegurados dos vehículos, un Aveo que estaba rentado y una camioneta donde llevaban la mercancía, licores de alto nivel, propiedad del empresario de origen francés.

Los cuerpos de ambos comerciantes fueron encontrados sin vida el sábado pasado, en un camino de terracería cercano al pueblo de Magdalena Petlacalco, en Tlalpan.

Por Jorge Almaquio García Chagoya