México, Guatemala y Honduras reforzaron ayer operativos para bloquear el paso a la caravana migrante. Estas acciones más las amenazas de prisión debilitaron la movilización.
El gobierno mexicano ordenó el despliegue de cientos de militares y agentes migratorios en la frontera sur para impedir el ingreso de los indocumentados.
"Va a haber cientos de personal de migración, Guardia Nacional y de Fuerzas Armadas... no van a pasar", dijo el jefe del Instituto Nacional de Migración (INM).
El INM confirmó en un mensaje en las redes sociales que estos elementos de seguridad y migración se instalaron principalmente en los puntos fronterizos de Ciudad Hidalgo y Tenosique, en los estados de Chiapas y Tabasco.
"No es un delito venir al país, pero nosotros decimos que sea con total respeto a la legislación migratoria mexicana. Bienvenidos todos, pero con orden", añadió el funcionario federal.
Unas tres mil personas, según las autoridades migratorias guatemaltecas, ingresaron el jueves al país en estampida, tras romper un primer cerco militar en la línea fronteriza, ayer se reportó que unos 143 hondureños fueron deportados al medio día.
El Sistema Nacional de Control Biométrico Migratorio de Honduras informó que los migrantes llegaron en tres grupos y espera que la cifra de deportaciones aumente en el transcurso del fin de semana, debido a los estrictos controles que ha establecido Guatemala para evitar la propagación del coronavirus.
En junio de 2019, México llegó a un acuerdo con Estados Unidos y entonces desplegó en la frontera sur a miles de elementos de la Guardia Nacional, el cuerpo policial de formación militar creado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
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Por Jeny Pascacio Con información de agencias
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