La fe en San Judas Tadeo fue más fuerte que el COVID-19. El arribo de cientos de fieles al Templo de San Hipólito, desde la madrugada de ayer, provocó que las autoridades eclesiásticas decidieran abrirlo con ingresos escalonados de 20 personas cada cinco minutos.
Aunque el gobierno capitalino y la iglesia anunciaron que el lugar permanecería cerrado y sólo se transmitiría una misa virtual, además de que la estación Hidalgo de la Línea 2 del Metro estaría cerrada, los devotos llegaron a la esquina de Reforma y Puente de Alvarado.
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Santuario lleno
Hombres, mujeres, niños y adultos mayores comenzaron a llegar desde la noche del 27 de octubre, y para las primeras horas de ayer, ya había un tumulto afuera del santuario.
Personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la alcaldía Cuauhtémoc comenzó con la implementación del dispositivo para tratar de controlar las aglomeraciones tras la decisión de abrir las puertas del recinto.
Para no tapar las vialidades, formaron una fila en la calle Héroes, que llegó hasta al Panteón de San Fernando.
Cumplir promesas
Mara de Lourdes Ramírez llegó con tres San Judas, una mesa, cuatro garrafones con agua y dos cazuelas con arroz y chicharrón en salsa verde para regalarlo a la gente, como parte de una manda por la salud de un familiar con cáncer.
“Es una promesa que hicimos para la nieta que tiene cáncer, ya llevamos como cinco años que estamos haciendo esto, ahorita ya está mejor, ya le creció el cabellito”, comentó a El Heraldo de México.
En la fila la gente tardó poco más de una hora para ingresar al templo. En la entrada se colocó un filtro sanitario en donde se tomaba la temperatura y se daba gel antibacterial.
A las 16:00 se cerró el recinto y, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobierno, hasta esa hora cuatro mil 300 personas pudieron ingresar al lugar a lo largo del día.
Por Almaquio García