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San Lorenzo Tezonco, cementerio pandémico

En el lugar se ha inhumado a 779 personas fallecidas por COVID-19; el acceso es restringido, y los protocolos, severos

San Lorenzo Tezonco, cementerio pandémico
DISCRETO Al panteón ubicado en Iztapalapa sólo se puede ingresar con adornos florales pequeños. Foto: Guillermo O'Gam

En los límites con Tláhuac, el Panteón de San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, se convirtió en el lugar con más personas inhumadas por COVID-19 en la capital.

Un mural le da vida a la entrada del cementerio, mientras los puestos de flores, uno de comida y una tienda sobreviven a las moribundas ventas, en espera de clientes que resuciten la actividad que la emergencia sanitaria enterró.

Desde abril se abrió la Zona COVID-19, donde en los últimos siete meses, 779 personas fueron sepultadas por sus familiares, y que el próximo Día de Muertos, permanecerán solos ante el cierre obligado de los cementerios por razones de salud pública.

En Iztapalapa se han registrado mil 597 inhumaciones de personas que murieron por SARS-CoV-2. Otras 568 se hicieron en el panteón más grande del país, el de San Nicolás Tolentino, que cuenta con 111 hectáreas.

En 2019, 200 mil personas acudieron a los 10 panteones que hay en la alcaldía Iztapalapa para honrar a sus difuntos; en esta ocasión permanecerán vacíos ante las restricciones que se aplican durante el semáforo naranja.

A la entrada del cementerio, Alberto Estrella López, de los Guardianes del Espacio Público, señaló que para ingresar a dar sepultura a las personas fallecidas por el nuevo coronavirus, se tienen varias medidas de seguridad e ingreso limitado de familiares.

DÍAS DE LUTO.El mural de la entrada alude a la extinción de la vida. Foto: Guillermo O' Gam

“Les pedimos a los que llegan a pie o en carro que traigan cubrebocas. Nosotros les damos gel; no pueden entrar mujeres embarazadas, mayores de 68 años ni menores de edad. Para enterrar a personas de diferente patología entran 10 invitados, y para fallecidos por COVID, cinco”, precisó.

En abril pasado, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales, dio a conocer los protocolos a seguir cuando una persona muera por COVID-19, en casa o en la calle.

Se tiene que avisar a Locatel o al 911 para que acuda un médico o los servicios periciales con el fin de que emitan el certificado de defunción y se lleve a cabo la sanitización del lugar donde la persona falleció.

En ambas situaciones se hace un seguimiento epidemiológico de quienes tuvieron contacto con el fallecido. 

En caso de que no se reclame el cuerpo, interviene la Fiscalía General de Justicia y el Incifo.

Por Almaquio García

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