Aunque la retórica de la administración de Donald Trump suele ser consistente en sus intenciones en contra de la migración, hay algunas zonas grises o abiertamente discordantes, como el programa de visa dorada, la cual podría abrir las puertas a la ciudadanía en un tiempo muy reducido.
No se trata de un sistema inusual. De hecho, países como España, Colombia o Panamá tienen programas similares, los cuales tienen como objetivo animar a los inversores para quedarse en cierta nación.
“El programa promete una vía directa a la residencia permanente en Estados Unidos, acelerando el proceso hacia la tarjeta verde y, eventualmente, la ciudadanía; así como el posible acceso a uno de los pasaportes más sólidos del mundo desde el punto de vista de la movilidad global.
“Varios países europeos están reevaluando o descontinuando estos programas debido a diversas preocupaciones, como el lavado de dinero y los riesgos para la seguridad nacional, la inflación de los mercados inmobiliarios y la desigualdad social”, explica Emma Prodromou, gerente de expansión comercial en Mauve Group.
Ventajas financieras… solo para los muy ricos
Si bien no se han revelado demasiados detalles acerca de este nuevo programa, se cree que los que podrán acceder a este beneficio deberán tener un capital de por lo menos 5 millones de dólares.
“El programa existente, que la tarjeta dorada reemplazaría, requería una inversión significativamente menor, de entre 800 mil y un millón de dólares. En cambio, el nuevo límite de 5 millones de dólares podría disuadir a posibles solicitantes con serias intenciones empresariales que podrían contribuir a la economía estadounidense”, detalla la experta.
Sin embargo, tiene varias ventajas. Además de poder ser ciudadano norteamericano, también podría aplicar a la exención de impuestos globales, algo muy atractivo para inversionistas del orden internacional.
“El nuevo programa incluye una importante exención fiscal: la eliminación de la política fiscal global. Bajo el sistema actual, los residentes fiscales de Estados Unidos deben pagar impuestos sobre sus ingresos a nivel mundial, independientemente de dónde los obtengan.
“Si se otorga la exención, crearía una ventaja única para los solicitantes, permitiéndoles eludir una obligación tributaria que deben cumplir los ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes y titulares de la tarjeta verde”, concluye.