El gasto militar mundial aumentó 9% interanual en 2023 hasta alcanzar un récord de 2.2 billones de dólares a medida que múltiples conflictos aumentan la inseguridad global, según un nuevo informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos publicado ayer.
El mundo ha entrado en una etapa de creciente inestabilidad a medida que los países de todo el mundo aumentan su gasto militar en respuesta a la invasión rusa de Ucrania, al ataque de Hamas a Israel y a la creciente agresividad de China en el mar de la China Meridional.
La edición de 2024 del balance militar del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, señala que el mundo entró el año pasado en "un entorno de seguridad altamente volátil".
El organismo cree que esta situación de inestabilidad durará y cita también la victoria de Azerbaiyán contra los separatistas armenios en Nagorno Karabaj o los golpes de Estado en Níger y Gabón.
Según el estudio, Rusia compensó sus pérdidas recurriendo a sus existencias de vehículos que no estaban en servicio en aquel momento y se vio así obligada a privilegiar la cantidad en detrimento de la calidad.
Ucrania ha podido compensar sus pérdidas de equipamiento militar por la ayuda occidental, ganando en calidad.
Este informe se publicó en un momento en que el expresidente estadounidense, Donald Trump, planteó la posibilidad de dejar de defender a los países de la alianza militar de la OTAN reacios a invertir en su defensa.
El informe señala que Rusia y China dedican ahora más de 30% de su gasto público al sector militar, mientras que Occidente está aumentando "lentamente" su producción de misiles y municiones, después de años de inversión insuficiente.
El documento señala que China continúa su política de modernizar sus fuerzas estratégicas y transformar su Ejército en una "fuerza de proyección".
El IISS dice que Irán se muestra cada vez más presente en varias zonas de conflicto, como demuestra el envío de misiles a los rebeldes hutíes yemeníes.
MAAZ