Han pasado más de 16 meses desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció la incursión militar a Ucrania, durante este tiempo el conflicto se ha intensificado y algunos países se han sumado como apoyo a la nación invadida. Durante la ofensiva rusa varias controversias han surgido, entre ellas el uso de bombas de racimo, las cuales ahora Estados Unidos dará al país presidido por Volodimir Zelenski, para fortalecer al ejército ucraniano en su contraofensiva contra el Kremlin.
El uso de este tipo de armamento ha sido sumamente cuestionado, sin embargo, Estado Unidos defendió su postura sobre dotar a Ucrania de este tipo de bombas, ya que el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan -quien realizó el anunció de la decisión- aseguró que Kiev ha prometido emplear con cuidado las controvertidas armas, que están prohibidas por un tercio de los países pertenecientes a la OTAN.
Justo el anuncio se produjo antes en vísperas de una cumbre de la OTAN en Lituania, en la que se espera que el presidente estadounidense Joe Biden reciba varias preguntas sobre su decisión, pues las bombas racimo tienen el antecedente de causar cientos de bajas entre los civiles.
¿Qué son las bombas de racimo?
Una munición de racimo es una bomba que se abre en el aire y libera submuniciones (o bombetas) en un área amplia. Las bombetas están diseñadas para eliminar tanques y pertrechos, así como a soldados, al alcanzar múltiples objetivos al mismo tiempo. Las municiones se lanzan con las mismas piezas de artillería que Estados Unidos y sus aliados ya han proporcionado a Ucrania para la guerra, como obuses, y el tipo de munición de racimo que el país de las barras y las estrellas planea enviar se basa en un proyectil común de 155 mm que se utiliza ampliamente en el campo de batalla.
En conflictos anteriores, las bombas de racimo han tenido una alta tasa de fallas, lo que significa que miles de submuniciones sin explotar quedaron atrás y mataron o mutilaron a personas décadas después. Estados Unidos utilizó por última vez sus municiones de racimo en una batalla en Irak en 2003, y decidió no seguir usándolas a medida que el conflicto se trasladaba a entornos más urbanos con poblaciones civiles más densas.
"La bomba de racimo es una opción atractiva porque ayudaría a Ucrania a destruir más objetivos con menos proyectiles, y dado que Estados Unidos no las ha usado en un conflicto desde Irak, tiene grandes cantidades almacenadas a las que puede acceder rápidamente," declaró Ryan Brobst, analista investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Una carta de marzo de 2023 de dirigentes republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado enviada al gobierno de Biden señala que Estados Unidos podría tener hasta 3 millones de bombas de racimo disponibles para su uso, e instó a la Casa Blanca a enviarlas para aliviar la presión sobre los suministros de guerra de Estados Unidos.
Prohibición de las bombas racimo
El uso de bombas de racimo en sí no viola el derecho internacional, pero usarlas contra civiles puede ser una violación. Como en cualquier ataque, determinar un crimen de guerra requiere analizar si el objetivo era legítimo y si se tomaron precauciones para evitar víctimas civiles.
“Sin embargo, la parte del derecho internacional en la que esto empieza a desempeñar (un papel) son los ataques indiscriminados contra civiles”, dijo a The Associated Press Mark Hiznay, director asociado de armas de Human Rights Watch. “Así que eso no está necesariamente relacionado con las armas, sino con la forma en que se usan”.
Más de 120 países se han unido a una convención que prohíbe el uso de bombas de racimo, que acordaron no usar, producir, transferir o almacenarlas, y eliminarlas después de que se hayan usado. Estados Unidos, Rusia y Ucrania no son firmantes de tal convención.
Con información de AP
DMGS