El gobierno de Rusia aseguró que el envío masivo de armamento a Ucrania sólo aumenta las tensiones y propicia una escalada del conflicto en Europa del Este, hecho que sólo beneficia a los intereses de Washington y su complejo militar.
Y es que aunque el gobierno ruso se ha mostrado a favor de una negociación, ha sido claro al decir que su prioridad será la seguridad de su pueblo.
Las autoridades rusas han acusado ante la comunidad internacional que el régimen de Kiev ha atentado contra las poblaciones de la región del Donbás desde 2014, año en el que se dio un golpe de Estado impulsado desde la Casa Blanca en contra del gobierno ucraniano elegido democráticamente del presidente Víktor Yanukóvich, para poner otro, totalmente antirruso, tanto en su narrativa como en su política.
Desde que comenzó la operación militar especial de Rusia en febrero de 2022, Moscú ha denunciado ante organismos internacionales actos que el Kremlin considera como "terroristas", como el reciente ataque a la presa de Kajovka, en la región de Jersón, o las explosiones ocurridas en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en septiembre de 2022.
En el caso de la presa de Kajovka, que provocó inundaciones y miles de afectados, Rusia afirma que todo ello fue una agresión planeada por Kiev con dos objetivos: reagrupar sus fuerzas militares ante el fracaso de su contraofensiva y provocar una catástrofe humanitaria en la zona.
"Hemos advertido a la comunidad internacional y a los líderes de la ONU sobre esta amenaza. A fines de octubre de 2022, circulamos un documento oficial del Consejo de Seguridad, una nota de la misión permanente sobre los planes del régimen de Kiev para destruir (la central hidroeléctrica de) Kajovka", explicó el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, el 6 de junio pasado, ante el Consejo de Seguridad.
"Lamentamos que nuestros llamados al secretario general para que haga todo lo posible por prevenir este horrible crimen no hayan sido debidamente atendidos", añadió.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha sido enfático en que la OTAN no cumplió su palabra de no extenderse ni un milímetro hacia el Este, hacia las fronteras rusas.
"Rusia llamó a Occidente a un diálogo honesto, a buscar soluciones razonables y de avenencia. A tener en cuenta los intereses de ambas partes. Pero todo fue en vano. Los países de la OTAN no querían escucharnos y esto significa que en realidad, tenían otros planes. Y lo vimos", dijo Putin, el 9 de mayo, Día de la Victoria.
"Sin ocultar nada, se venía preparando otra operación punitiva en Donbás y una invasión de nuestras tierras históricas, incluida Crimea. En Kiev, anunciaron la posible adquisición de armas nucleares. El bloque de la OTAN comenzó a explotar militarmente nuestros territorios adyacentes", agregó.
"Todo indicaba que sería inevitable un enfrentamiento con los neonazis", comentó.
PAL