Dentro de un restaurante en Perú llegó un hombre cubierto de la cara con un cubrebocas mientras llevaba puesta una gorra y lo primero que hizo al ver a un niño de 11 años de edad que estaba sentado en una de las mesas en compañía de su perrito y de su mamá, fue someterlos hasta dejarlos de rodillas mientras se llevaba una de sus manos a la cintura amenzanado que tenía una pistola.
Al ver que su familia era sometida, el dueño del negocio quien fue identificado como Ney Chávez Santillán de 42 años de edad no lo pensó dos veces para disparar directamente a quemarropa al presunto asaltante que había amenazado a la mujer y a su hijo. En el metraje compartido en las redes sociales quedó grabado el momento cuando el ladrón fue baleado y cayó al piso.
Una vez que el ladrón fue sometido, aún permanecía con signos de vida al quejarse por los balazos recibidos. Tras poner a salvo a su esposa y a su hijo, el dueño del negocio fue a ver al ladrón para con su pie tratar de localizar la supuesta pistola con la que amenazaba el hombre que fue identificado por la policía local como Gianfranco Espinoza Quispe de 34 años de edad, según información del medio local Peru21.
El ataque sucedió el pasado miércoles en el distrito de Villa El Salvador, uno de los 43 que conforman la provincia de la capital Lima. El restaurante está ubicado en la avenida Micaela Bastidas. Una vez que terminó la balacera, el dueño del establecimiento fue detenido por la policía lo que desató la polémica en las redes donde la mayoría de los usuarios dieron la razón a Ney Chávez: “Rico, así se trata a esos delincuentes de mi****, eres un héroe”.
Piden a la Fiscalía resolver la situación de Ney Chávez
La Defensoría del Pueblo pidió a la Fiscalía General de Perú que resuelve con celeridad la situación judicial de Ney Chávez Santillán. Solicitó que el caso sea investigado “considerando la legítima defensa prevista en la Constitución Política y en el Código Penal”, indicó.
Mientras que Óscar Arriola Delgado, jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, describió la manera como el presunto asaltante ingresó al local de comida para robar las ganancias del día fingiendo que tenía un arma de fuego en la cintura con la que amenazó al menor de edad y a su mamá a quienes obligó a estar de rodillas sobre el suelo.
“Con los gestos, hace el ademán de tener un arma de fuego. Además, conmina, priva y restringe la libertad de locomoción de dos personas, a las que hace arrodillar… (Luego) sale la otra persona, de la parte de atrás, y ejerce, desde mi punto de vista, una legítima defensa, al defender un bien jurídico tutelado, como es la vida”.
Además, agregó que en este caso, se llevan a cabo “todos los actos ejecutivos para un delito contra el patrimonio, que es un robo agravado”. Sostuvo que el empresario “hace uso de su arma de fuego racionalmente y frena el riesgo que hay”. Aclaró que esa es su apreciación técnica, como policía. Al momento se desconoce la situación judicial del defensor de su negocio.
RMG
