Disney demandó el pasado 26 de abril al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por la toma estatal de los terrenos donde se encuentran sus parques de atracciones, alegando que el republicano emprendió “una campaña selectiva de represalias gubernamentales” luego de que la compañía se opuso a una ley conocida como "no digas gay”.
La demanda se interpuso en Tallahassee minutos después de que una junta de supervisión designada por DeSantis votó a favor de anular un acuerdo que colocaba en manos de la compañía las decisiones de diseño y construcción de sus enormes terrenos cerca de Orlando.
“Disney lamenta que se haya tenido que llegar a esto”, señala la querella. “Pero habiendo agotado todos los esfuerzos para resolver el conflicto, la compañía no tiene más opción que interponer esta demanda para proteger a sus miembros, invitados y socios locales de desarrollo de una campaña implacable para usar el poder gubernamental como arma en contra de Disney en represalia por expresar un punto de vista político impopular con ciertos funcionarios del estado”.
La demanda es el capítulo más reciente en una disputa de más de un año entre Disney y DeSantis que ha sumido al gobernador en críticas en momentos en que alista su previsible postulación a la presidencia en los próximos meses.
DeSantis, quien se ha presentado como un republicano capaz de aplicar hábilmente su agenda conservadora sin dramas, se ha metido de lleno en la disputa con la querida empresa y principal motor del turismo, mientras los líderes empresariales y los rivales de la Casa Blanca critican su postura, a la que consideran un rechazo extraordinario a uno de los principios del conservadurismo de una limitada intervención del Estado.
“No tenemos conocimiento de ningún derecho legal que una empresa tenga para operar su propio gobierno o mantener privilegios especiales que no tengan otras empresas en el estado”, dijo la portavoz de DeSantis, Taryn Fenske. “Esta demanda es otro desafortunado ejemplo de su esperanza de socavar la voluntad de los votantes de Florida y operar fuera de los límites de la ley”.
El enfrentamiento empezó el año pasado, luego de que Disney se opusiera públicamente a la ley estatal que prohíbe a las escuelas enseñar sobre temas de orientación sexual e identidad de género en los primeros años escolares, una ley conocida como “no digas gay”.
Como castigo, el gobierno de DeSantis se apropió de los terrenos del distrito autónomo de Disney World y designó una junta de supervisores que se encargaría de vigilar los servicios municipales en los enormes parques de atracciones. Pero antes de que la junta se instalara, la compañía logró un acuerdo de última hora que le quitó a la nueva junta de supervisores gran parte de su autoridad.
La demanda de Disney solicita que un juez federal anule la toma del gobernador del distrito de parques de atracciones, así como las acciones de la junta de supervisión formada por DeSantis, bajo el argumento de que fueron violaciones a los derechos de libre expresión de la compañía.
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DeSantis dice que demanda de Disney es política
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, restó importancia este jueves a la demanda de Disney en su contra, afirmando que tiene motivaciones políticas y que ya es hora de que la emblemática compañía deje de tener un trato preferente en su estado.
La demanda continúa con más de un año de disputas entre Disney y DeSantis, que ha supuesto críticas para el gobernador mientras se prepara para lanzar una campaña presidencial para 2024.
“Están molestos porque tienen que vivir con las mismas normas que todos los demás. No quieren pagar los mismos impuestos que todos los demás y quieren poder controlar cosas sin supervisión adecuada”, dijo DeSantis durante una visita a Israel. “Los días de poner a una empresa en un pedestal sin rendir cuentas se han acabado en el estado de Florida”.
DeSantis está en la tercera etapa de una gira internacional que pretende reforzar sus credenciales de política exterior antes de una posible campaña por la candidatura republicana a la presidencia, en la que sería un importante rival del expresidente Donald Trump.
DeSantis ha entrado de lleno en la trifulca con Disney, una importante fuente de turismo y empleo en Florida. La controversia le ha valido críticas y se ha visto entrelazada con el debate sobre los principios de la política conservadora.
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