HISTORIAS DEL NARCO

“El padrino holandés”, el “adorable narco” que mató a familia y amigos y fue traicionado por sus hermanas

Willem Hollender a pesar de ser un conocido criminal, a menudo era invitado a programas de TV. Vivió una dura niñez al ser atormentado por su papá quien golpeaba a su mamá

MUNDO

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"El padrino holandés" era invitado a programas de TV.Créditos: BBC / Getty Images

A Willem Hollender se le conoce como uno de los narcos más famosos en Holanda, el cual es identificado como “El padrino holandés”, “La nariz” o “Adorable criminal”. Tras su paso como joven pandillero, el capo ganó notoriedad en el crimen tras secuestrar a punta de pistola al magnate Alfred Henry “Freddy” Heineken del gigante cervecero.

“El padrino holandés” pasó su adolescencia apoyando a propietarios de viviendas contra los integrantes del movimiento llamado Okupas -personas que invaden inmuebles abandonados-. En sus primeros años también el “Adorable narco” -por su encantador trato que tenía con las personas- estuvo involucrado en varios robos, según describe la BBC.

Fue en la década de 1980 cuando el criminal dio uno de sus máximos golpes al raptar al empresario de Heineken con ayuda de su amigo Cor van Hout, que más adelante se convertiría en su familia al comprometerse con una de sus hermanas y ser así su cuñado.

Durante tres semanas, Willem Hollender mantuvo cautivo tanto a “Freddy” Heineken como a su chofer. El golpe le llevó a ganar a Hollender y a su socio, 15 millones de dólares en aquella época. Sin embargo, el delito no quedaría impune por lo que “La nariz” fue a prisión, pero saldría para ser uno de los narcos con menos remordimiento al mezclarse en el mundo del tráfico de drogas.

Willem Hollender cumple cadena perpetua. Foto: BBC / Fiscalía de Holanda

Su estancia en prisión lo hizo ser más duro, por lo que para avanzar el mundo del hampa, paulatinamente fue asesinando a sus socios que se convertían en sus rivales cada vez que crecía en el escalafón criminal.

De acuerdo con el medio británico, los homicidios más notables que hizo el narco holandés fueron: 

  • El criminal Sam Klepper, baleado en el año 2000.
  • Cor van Hout, amigo, cuñado y ex cómplice criminal, baleado en 2003.
  • Willem Endstra, promotor inmobiliario, baleado en 2004.
  • Kees Houtman, narcotraficante.
  • Thomas van der Bijl, dueño de un bar y amigo de la familia, baleado en 2006
  • En 2002 ordenó el asesinato frustrado de John Mieremet, socio de negocios de Klepper que murió años después baleado en Tailandia.
  • También culpable del homicidio de Robert ter Haak, que murió por heridas de bala en el asesinato de Cor van Hout.

Para “La nariz" -apodado así por su rasgo más prominente-, el haber estado en prisión no lo convirtió en un paria público. Al contrario, a menudo se le llamaba "criminal adorable" e incluso aparecía en programas de televisión y posaba para selfies en la calle.

El papá del “Adorable narco” golpeaba a su familia

Astrid Hollender es una de las hermanas del “Padrino holandés” quien fue clave para que el capo fuera condenado a cadena perpetua. En su infancia, la mujer veía como un héroe a su hermano por ser contrario a su padre, quien era un alcohólico obsesionado por la familia Heineken para la que trabajaba.

"Era esa gran figura, fuerte, tan distinto de nuestro padre... Lo respetaba mucho. Siempre tenía dinero en el bolsillo, manejaba grandes autos, tenía novias preciosas", dijo Astrid.

El “Adorable criminal” asesinó a familia y amigos. Foto: BBC / Getty Images

El miedo que ambos le tenían a su papá quien golpeaba a su mamá y atormentaba tanto a Astrid y Willem junto con su hermana Sonja, hizo que forjaran un vínculo fuerte y especial; no obstante, la vida criminal de Willem terminaría por atacar a su propia familia quien ayudaría a enviarlo de por vida a la cárcel.

Tras varios ingresos en la cárcel, finalmente en 2015, “El padrino holandés” fue condenado a cadena perpetua tras los testimonios de su novia y hermanas, siendo Astrid, abogada de profesión que tuvo que dejar de ejercer, la clave para sentenciar al narco luego de grabar en secreto conversaciones que inculpaba a su hermano.

Su experiencia la dio a conocer en el libro "Judas, una crónica familiar", situación que además de hacerla no ejercer la abogacía, la mujer vive con miedo de que su hermano cobre venganza, por lo cual, Astrid tiene un cajón lleno con narices y dientes falsos para cubrir su identidad mientras su hermano cumple condena en prisión.

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