CANDIDATA

Ingrid Betancourt desea ser presidenta y poner orden en Colombia

Para ella, el patriarcado llevó a Colombia a la violencia y drogas

MUNDO

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Para ella, el patriarcado llevó a Colombia a la violencia y drogas. Créditos: Foto: Oficina Ingrid Betancourt / Arte: Christian Chacón

Ingrid Betancourt se ve como presidenta de Colombia, y se dice preparada, tanto como el país.

"Es el momento correcto, porque el país ya necesita una mujer. La experiencia del patriarcado se ha agotado en Colombia, porque eso la ha llevado a la violencia, a la confrontación, al homicidio, al imperio de la droga", dijo en entrevista para El Heraldo de México.

La candidata presidencial por el partido Verde Oxígeno tiene clara su propuesta: "mi visión es poner la casa en orden, limpiar las estructuras, volver a restablecer la concordia y la reconciliación sobre bases de justicia y no de complacencia con el delito".

Para ella, el actual es un momento único en la historia de Colombia, pues los colombianos "están deseosos de cambiar el régimen de la corrupción por el de la justicia. Y sí estoy lista, antes no lo estaba, pero ahora estoy fuerte y tranquila".

Betancourt, que ya ha sido candidata presidencial en otras ocasiones, aseguró que el suyo no es un sueño. "Los colombianos quieren ver a una mujer en la Presidencia, un cambio; quieren ver algo diferente a lo que han experimentado antes", aseguró.

Colombia “sigue siendo un país machista, pero lo que es interesante es que el machismo ya no es políticamente correcto, hay una reacción frente a él y esto le da espacio a la mujer para hablar de diferencias, pero también de ofrecer algo distinto”.

De acuerdo con la política colombiana, candidata presidencial en 2002, secuestrada ese año por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y liberada en 2008 en un operativo militar, su país pasa por un momento histórico, en el que se toma conciencia de que hay que salir de los esquemas del pasado y pensar en construir vientos nuevos.

Se refirió en particular a la corrupción, toda vez que en Colombia —como en otros países de la región— significa un impuesto muy, muy alto a los pobres. "La mitad de la población está con hambre y es precisamente por la corrupción", aseguró. 

POR ROSSI SOTELO

MAAZ