Hablar de cáncer y niños es realmente un tema muy difícil, sin embargo es una realidad que debe hacerse visible para lograr luchar contra el.
Este lunes 15 de febrero, se lleva a cabo el Día Internacional del Cáncer Infantil y por tal motivo queremos hablar de la leucemia, el cáncer infantil más común.
¿Qué es la leucemia?
Este es un tipo de cáncer que se da en las células de la sangre y de la médula ósea.
Los pequeños con leucemia tienen muchos leucocitos inmaduros, Los cuales impiden la fabricación de los leucocitos normales y de las otras células de la sangre, o sea leucocitos, glóbulos rojos y plaquetas.
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Hay que señalar que la leucemia en niños y en adultos es muy distinta, mientras que en los niños es una enfermedad del desarrollo; en los adultos, se trata de alteraciones moleculares asociadas al envejecimiento.
De acuerdo con la fundación española Josep Carreras, cada año se diagnostican mil 200 cánceres en niños, unos 350-400 son leucemias, de los cuales más de 150 afectan a menores de cuatro años.
Datos importantes sobre la leucemia
El 30 por ciento de los cánceres en niños son leucemias, de los cuales el más habitual es la leucemia linfoblástica aguda de tipo B.
El 11 por ciento de los casos se dan antes del primer año de vida, sin embargo el 64 por ciento, se da entre el año y los 9 años.
Existen varios subtipos de leucemia con tratamientos y pronósticos radicalmente diferentes.
Actualmente 8 de cada 10 niños y 5 de cada 10 pacientes adultos se curan.
Por otro lado, tres de cada cuatro niños necesitan un trasplante de médula ósea de un donante no emparentado, pues la mayor parte de sus familiares, no son compatibles con ellos.
Otros tipos de cáncer en los niños
Los tipos de cáncer infantil más frecuente, detrás de la leucemia, son el cáncer cerebral, los linfomas y los tumores sólidos como el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
Hay que señalar que las células leucémicas puede causar síntomas como:
- Sensación de cansancio
- Debilidad
- Sensación de frío
- Mareo o aturdimiento
- Dificultad para respirar
- Piel más pálida
- Infecciones frecuentes que no desaparecen
- Fiebre
- Moretones y sangrados
- Sangrado nasal frecuente
- Sangrado de las encías
- Dolor de huesos
- Hinchazón del abdomen
- Pérdida de apetito y de peso
- Ganglios linfáticos hinchados
- Tos o dificultad para respirar
- Hinchazón en la cara y los brazos
- Dolores de cabeza, convulsiones y vómito
- Erupciones en la piel.
MAVR