Entre temores de que, como el año pasado, la fiesta de "Acción de Gracias" propicie un nuevo repunte en los contagios de COVID-19, las autoridades y los expertos en etiqueta estadounidenses recomendaron una serie de medidas preventivas.
Las sugerencias son variadas, desde consejos de sentido común, como mascarillas y desinfectantes, a la literal designación de un "portero" que se encargue de hacer test a los asistentes antes de entrar a casa.
Se espera que las condicionantes sean una fuente de problemas en reuniones consideradas como el principal festejo familiar de EU, pero uno donde hay frecuentes discusiones por motivos políticos o personales.
Se calcula que unos 60 millones de estadounidenses viajarán para estar en el evento familiar más importante del país.
Y el coronavirus es un tema confrontacional en EU.
Las medidas son simples: asegurarse que todos los asistentes estén vacunados, los que no deberán seguir protocolos de seguridad como uso de cubrebocas y distancia social.
Se sugieren también precauciones especiales para los niños, y que quienes viajen traten de evitar concentraciones de gente en espacios cerrados.
Igualmente se recomienda hacer la cena en un sitio muy bien ventilado.
MAAZ