El ahora expresidente Donald Trump enfrenta posibilidades de quiebra financiera como una de las mayores consecuencias de su derrota electoral.
De hecho, deberá costear o al menos reprogramar el pago de al menos 300 millones de dólares que vencerán durante estos próximos cuatro años y de los que es aval directo.
Para Trump, la Presidencia de Estados Unidos era su principal protección y respaldo para demorar el pago de adeudos o mantener vínculos crediticios, según Bloomberg y The New York Times.
Prolongar créditos
Ahora, cuando ya no es Presidente, y está acusado de suscitar un motín contra el Congreso, empresas y organizaciones como el Deutsche Bank o la Asociación de Golfistas Profesionales (PGA) rehúsan prolongar sus créditos o jugar sus torneos en los campos de la empresa Trump.
Las compañías que preside el exmandatario, en su conjunto, tendrían deudas por más de mil millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes. Trump mismo sería responsable personalmente por al menos 421 millones de dólares de ese adeudo, de los que 300 millones deberán ser pagados en los próximos cuatro años.
Empresas golpeadas por Covid
Antes de llegar a la Presidencia, Trump sostenía que el valor de sus empresas se encontraba en alrededor de 10 mil millones de dólares, pero de acuerdo con Forbes o el diario The New York Times, pueden estimarse entre 3.2 y 3.7 mil millones de dólares.
La mayor parte de los recursos está en inversiones como hoteles, campos de golf y bienes raíces, industrias que han sido golpeadas literalmente por la crisis provocada por la pandemia de COVID-19. En otras palabras, puede tener problemas de liquidez.
Es probable que el segundo juicio de impugnación preocupe a Trump y sus seguidores, pero también que el exmandatario se sienta más amenazado por los problemas y las pérdidas que enfrentan sus empresas.
Por José Carreño Figueras