El gobierno británico declaró ayer que está dispuesto a modificar su controvertido proyecto de Ley del Mercado Interno, que había enfurecido a los europeos por revocar unilateralmente algunas cláusulas del acuerdo de divorcio relativas a la región de Irlanda del Norte.
Sin embargo, las condiciones para un acuerdo entre Reino Unido y la UE siguen fuera de alcance, admitió el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una nota conjunta.
"Las condiciones por un acuerdo no están reunidas, a raíz de las persistentes diferencias en temas críticos", apuntaron los dos líderes.
Este cuadro es de tal gravedad para las esperanzas de un pacto, que un vocero del gobierno británico anunció que el propio Johnson viajará a Bruselas "en los próximos días" para discutir personalmente la situación.
En Londres, una fuente de la oficina de Johnson dijo que estaban dadas todas las condiciones para un colapso general de las negociaciones, problema que conduciría a un divorcio litigioso de consecuencias económicas imprevisibles.
Aunque "no consideramos que este proceso esté cerrado, las cosas se ven muy complicadas y hay muchas posibilidades de que no lleguemos" a un acuerdo, dijo la fuente.
Las negociaciones quedaron estancadas en tres temas: derechos de navíos pesqueros europeos para capturas en aguas británicas, normas de competición y ayudas estatales, y la gestión legal de la futura relación, en particular la solución de controversias.
El anuncio de la visita de Johnson a Bruselas sugiere que los equipos negociadores ya llegaron al límite de sus mandatos, y que ahora la decisión política final quedaría en manos de los máximos líderes.
AFP Y EFE