Los jardines son esos pocos espacios que pueden ayudarnos a dejar atrás el estrés cotidiando para relajarnos entre naturaleza, es por ello que las amantes de las plantas se encuentran en la constante búsqueda de opciones para que estos espacios se mantengan verdes durante todo el año. Y es que la diversidad de plantas en el mundo es asombrosa, pero las más codiciadas son aquellas que logran sobrevivir en cualquier entorno, lo que implica una inversión mínima en tiempo y dinero.
¿Cuál es la planta que sobrevive los cambios de clima de todo el año?
Las opciones de flores para enriquecer nuestro jardín son verdaderamente extensas, pero si estás buscando una especie que sea capaz de resistir los cambios de clima que vemos durante todo el año tienes que conseguir la icónica Begonia, que además de tener una gran capacidad de adaptación, también florece en todos los meses, logrando embellecer cualquiera de tus espacios, sin importar el lugar donde la ubiques.
Sigue leyendo:
3 plantas elegantes que puedes usar para decorar tu casa al estilo old money
Sacar belleza del caos: así puedes reciclar tus tazas rotas cómo macetas para suculentas
Esta planta se ha vuelto la favorita de muchas personas ya que ha logrado desafiar las adversidades del clima sin perder su belleza, por lo que es ideal para embellecer cualquier espacio en todo momento. Las expertas en jardinería incluso la apodan "la flor perpetua", distinguiéndose por su versatilidad y durabilidad, esta especie exótica tiene la notable habilidad de florecer en cualquier momento del año, un rasgo que la diferencia de muchas otras flores y plantas. Entre las variantes más reconocidas de esta planta se encuentran la Begonia Rex, la begonia tuberhybrida y la Begonia Elatior y a diferencia de otras flores de jardín, la Begonia requiere solo unos pocos cuidados para prosperar.
¿Cómo cuidar las Begonias para que florezcan durante todo el año?
- Luz adecuada: estas plantas prosperan en lugares con luz indirecta, por lo que debes colocarlas en un área donde reciban luz brillante pero no directa del sol, especialmente durante las horas más intensas del día.
- Temperatura estable: mantenlas en un ambiente con temperaturas moderadas y estables y evita exponerlas a corrientes de aire frío o calor extremo.
- Riego controlado: riégalas de manera regular, manteniendo el suelo ligeramente húmedo pero nunca empapado. Deja que la capa superior del sustrato se seque antes de volver a regar para evitar el exceso de humedad, que puede provocar pudrición de las raíces.
- Humedad ambiental: disfrutan de ambientes con una humedad relativa moderada, puedes aumentar la humedad colocando las macetas sobre un plato con guijarros y agua, pero asegúrate de que las macetas no estén en contacto directo con el agua para evitar encharcamientos.
- Fertilización regular: aplica un fertilizante equilibrado soluble en agua una vez al mes durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Reduce la frecuencia de fertilización durante el otoño e invierno.
- Poda y mantenimiento: retira las flores marchitas y las hojas muertas regularmente para fomentar la producción continua de nuevas flores. También puedes podarlas para dar forma y eliminar ramas enfermas o dañadas.
- Replantación ocasional: replántalas en macetas ligeramente más grandes cuando las raíces llenen completamente el recipiente. Utiliza un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica.