CONSEJOS PARA PADRES

Berrinches, debo evitar que mi hijo los haga o es mejor dejarlo y luego corregirlo

Los berrinches ponen a los padres con los nervios de punta, pero evitarlos y controlarlos es más fácil de lo que parece y sólo se necesitan dos factores importantes, afirma la psicóloga Leydy Johanna Gomez Aguilar

ESTILO DE VIDA

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Consejos para padres.¿Cuál es tu respuesta ante los berrinches de tus hijos?; lo ideal es poner límites para controlarlos. Créditos: Pexels

Uno de los momentos más estresantes para las madres y padres de familia es cuando se tienen que enfrentar a un berrinche de sus hijos, pues si bien es una forma en la que los menores expresan sus sentimientos y malestar, para los tutores se convierte en un conflicto al no saber cómo actuar para remediar la situación. Es por ello que una de las preguntas más comunes cuando se descubre la crianza respetuosa es si se debe evitar que los pequeños hagan berrinches o si es mejor dejarlos. 

La respuesta a dicha pregunta es más fácil de solucionar de lo que parece y para ello basta con tener presente que como adultos, lo ideal es aprender a poner límites y darles acompañamiento a los niños; la razón es muy clara y es que a los pequeños también les gusta sentir que toman decisiones y expresar su opinión; sin embargo, no se les puede consentir todo y es ahí cuando entran estos dos factores importantes que pueden poner fin de manera rápida a los berrinches. 

Por supuesto, ser los mediadores del conflicto puede ser más complicado de lo que parece y es por ello que la psicóloga Leydy Johanna Gomez Aguilar conversó con El Heraldo Digital para explicar cómo deben actuar las madres y padres cuando los berrinches de sus hijos se hacen presentes, pues contrario a lo que se puede llegar a pensar, dejar que las infancias saquen su sentir ante una prohibición o regaño sí es lo ideal para una crianza respetuosa, por supuesto tomando en cuenta otros factores. 

"Los límites son la columna vertebral de la crianza basada en el respeto y los buenos tratos. Es todo lo que dice la crianza respetuosa, la falta de límites es una forma de violencia, o sea, nosotros tenemos que darle estructura a los niños y darle estructura es decirles hasta dónde pueden llegar, es darles la información de esta es nuestra casa y estos son nuestros acuerdos, esto es lo que aquí se permite y esto es lo que no se permite, aquí podemos hacer esto y aquí no podemos hacer esto", precisó a este medio. 

La importancia de los límites es que pueden evitar los berrinches, pues los menores serán capaces de reconocer lo que se puede o no hacer y aunque hay algunos negociables, no todos se dan de esta forma, ya que también se deben considerar aquellos que no se pueden cambiar al ser los que mantienen la seguridad de los niños. El ejemplo perfecto son los relacionados a la seguridad, que aunque los menores quisieran tomar decisiones como negarse a ponerse el cinturón de seguridad o querer meter los dedos a los tomacorrientes, se les debe impedir hacerlo para procurar su bienestar, incluso si eso causa un malestar en ellos y, por lo tanto, lo manifiestan con una rabieta. 

La experta recomienda acompañar la emoción de los niños cuando hacen berrinches. (Foto: Pexels)

Sin embargo, lo anterior no quiere decir que los más pequeños nunca pueden decidir, ya que según la experta, "para los niños es bien importante sentir que toman decisiones, desarrollar en ellos la capacidad de tomar decisiones y de yo también puedo hablar yo también puedo aportar". Es por ello que como recomendación a los padres, Leydy Johanna Gomez Aguilar afirma que cuando hay una negativa e inicia un berrinche, lo mejor que los tutores pueden hacer es acompañar la emoción y hacerles saber que están ahí para ellos. 

"Yo lo resumo en una frase: Nosotros acompañamos la emoción, pero somos firmes con el límite, es decir, firmes con el límite y suaves con la emoción". 

El mejor ejemplo para entender lo anterior es que cuando en una tienda el pequeño exige que se le compre un juguete y los padres se niegan, se les debe hacer saber lo que ocurre con un "no te puedo comprar el juguete, así lo quieras no puedo, no tengo forma". Evidentemente, ante la negativa, vendrá el berrinche para acompañar la emoción y no caer en la vulnerabilidad de comprárselo para evitar que llore, pues con ello se pone fin al límite.

"Si el niño se pone a llorar y hacer pataletas, yo como adulto tengo que entender que esa negativa mía tuvo una reacción en el niño y que la reacción que estamos viendo es de frustración y de rabia, y es válida porque cuando nos dicen que no naturalmente los seres humanos nos molestamos y nos frustramos. Entonces, yo ahí voy acompañar la emoción, le digo: 'Estás frustrado, estás molesto, te entiendo, sí, pero no podemos comprar el juguete'. Yo lo consuelo, le doy cariño, lo abrazo, lo entiendo, le doy mi afecto, pero me mantengo en el límite", explicó.  

Los regaños no deben darse dese la descalificación o amenaza. (Foto: Pexels)

¿Cuándo se debe negociar para evitar el berrinche?

De acuerdo con la experta en neuropedagogía, hay ciertas cosas relacionadas a la convivencia que se pueden negociar con los hijos para prevenir los berrinches, sin embargo, varían dependiendo de las normas que los padres quieren imponer. "Por ejemplo si como familia considera importante que los niños se duerman a las 8:00 de la noche,  es un límite que yo no voy a negociar. Pero yo podría negociar con el niño el límite de la televisión, yo de adulto puedo decirle al niño 'tienes una hora para ver televisión', pero el niño me puede decir 'no mamá, un ratico más', yo eso lo puedo tratar de negociar", dijo. 

Sobre lo anterior, Gomez Aguilar detalla que siempre se debe tomar la decisión en familia y establecer lo que es negociable y lo que no, sobre todo para que los niños no caigan en la confusión de que mamá permite algo, pero papá no o viceversa. Asimismo, se debe considerar que "los límites siempre tienen que quedar claros a vista de todos, todos tienen que tener claros los límites que tenemos en casa o los acuerdos, pero también tenemos que ser flexibles en que hay algunos que sí debemos negociar con los niños". 

Por supuesto, no es lo único que suele preocupar a los padres, ya que en muchas ocasiones también sienten la frustración de no poder controlar los berrinches y con ello inicia un regaño que, si bien no está mal, se debe tomar en cuenta cuál es la mejor manera de hacerlo, es decir, siempre mediante el diálogo y el razonamiento, no de los gritos, chantaje o incluso las amenazas, 

"El regaño dependiendo de cómo se ve, si se da con gritos, con descalificaciones, si se da bajo amenazas, chantajes, ahí obviamente no es lo adecuado, pero si este regaño se da en el bajo el diálogo, fue un regaño también. Puede ser un diálogo donde yo te estoy alertando de algo, donde yo te estoy diciendo 'mira puede pasar esto si haces esto', si se da en en medio de un diálogo, donde yo le pueda expresar las razones del porque". 

En ese sentido, la también experta en Educación Emocional, Desarrollo Psicoafectivo en Primera Infancia y Teoría del Apego, señaló que "el concepto regaño es advertir sólo una conducta, claro que lo podemos hacer, pero desde una mirada de diálogo, del acompañamiento, de reconocer lo que estás sintiendo para poder ayudarte a transitar tus emociones y no desde la descalificación desde el grito, desde la minimización, desde el insulto, desde ese lugar estaríamos hablando de un regaño violento, desde el otro lugar estaríamos hablando de que estoy advirtiendo de algo que no está bien y que debemos cambiar", concluyó. 

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