Una dieta puede tener distintos impactos en la salud de la persona, acorde al objetivo perseguido como por ejemplo perder peso, ganar masa muscular o disminuir la glucosa en sangre. Sin embargo, un estudio realizado en Noruega determinó que una alimentación sana incidirá directamente en la longevidad, incrementando la esperanza de vida de quien la practique.
Según la revista especializada PLOS Medicine, una investigación reciente sostiene que modificar comenzar dieta saludable a una edad temprana incrementará la esperanza de vida en hasta 13 años, permitiendo así una longevidad plena. El descubrimiento manifestó que si una mujer comienza a implementar una alimentación sana a los 20 años, incrementará su vida 10 años, mientras que en el caso de los hombres podrá ser de tres años más.
En consecuencia, mejorar la calidad de la dieta reducirá el riesgo de padecer enfermedades crónicas y una muerte prematura, por lo tanto la longevidad será más larga y plena. Este tipo de alimentación deberá estar centrado en las legumbres, especialmente en porotos, lentejas y garbanzos. En consecuencia, esa alimentación equilibrada tendrá un impacto positivo en la esperanza de vida de los humanos.
Además se supo gracias a este estudio que las verduras no jugarían un rol tan importante como se cree, particularmente en la prevención de patologías cardíacas. Basados en una investigación desarrollada por las universidades de Oxford, Bristol y Hong Kong, se determinó que las verduras no son suficientes en la etapa de la longevidad.
Aunque, es importante aclarar que si bien la verdura dentro de una dieta sana para incrementar la esperanza de vida no es fundamental, si tendrá cierta implicancia, por lo tanto no se deberá erradicar su consumo. En consecuencia, una óptima alimentación, junto a cambios de hábitos y ejercicio constante, será vital para una longevidad plena y evitar así patologías que pongan en jaque la salud del individuo.