Para ciertas culturas celebrar la muerte es algo extraño, pero para los mexicanos el Día de Muertos simboliza parte de nuestra historia y costumbres. Es un día que hemos celebrado desde hace siglos. El origen de esta fiesta típica se remonta a épocas precolombinas. México nos ha enseñado a lo largo de varios años que la celebración del 2 de noviembre se vive con orgullo en sus increíbles Pueblos Mágicos como lo es San Miguel de Allende.
Las calles empedradas las adornan de coloridos listines, flores, papel picado y ofrendas para venerar a los que ya no están entre nosotros. Bajo todas las reglas de seguridad y dejando su sana distancia, se llevó la emblemática cena negra en el restaurante Moxi, ubicado dentro del Hotel Matilda, donde cada pared y espacio está plasmado de arte y buen gusto.
Como cada año los asistentes empiezan a planear, desde meses antes su distinguida vestimenta y su maquillaje que hace alusión a la catrina mexicana para disfrutar de un verdadero espectáculo.
Socialites, amigos y empresarios disfrutaron de coctelera realizada con tequila de Casa Dragones, además disfrutaron del talento nato de las Chefs Gabriela Ruiz (del restaurante Carmela y Sal) y Fernanda Prado (de Cuina) quienes deleitaron a los invitados con sus creaciones culinarias que consistió en un menú de Brioche de calabaza asada con especias, atún con chicharrón y salsa de chile de árbol, Short Rib en salsa negra con tartar de aguacate y pimiento morrón, hongos au jus con queso ahumado y pan naan.
Además de la cena, esta ocasión el galerista Oscar Román realizó una muestra con piezas de arte contemporáneo e icónico del Día de Muertos, el cual estará exhibido por unos días en el hotel.
Para finalizar la chef Fernanda Prado preparo una pavlova de azahar de naranja y miel en forma de pan de muerto para honrar a los seres queridos que han fallecido y también para quienes estuvieron presentes en esta noche llena de tradición y glamour. Después de la cena, los invitados pudieron disfrutar de COCO Zaragoza y de música en vivo. La decoración y los muebles del evento fueron por parte de Casa Armida y Namuh quienes estuvieron al tanto de cada detalle.
Por Isis Malherbe