Cine mexicano

¿Por qué le decían La Doña a María Félix?

Una de las actrices más relevantes de la época de oro del cine mexicano ganó el apodo con el que se le conoció mundialmente al interpretar un personaje creado por un autor venezolano

¿Por qué le decían La Doña a María Félix?
La actriz sonorense obtuvo su apodo por su papel en Doña Bárbara, de Fernando de Fuentes. Foto: Instagram / María Félix Oficial

Cada época del cine a nivel mundial tiene un rostro que lo representa. La era del slapstick silente, por ejemplo, no puede entenderse sin las caras de Charles Chaplin y Buster Keaton, mientras que el film noir siempre es mejor si se ve a Humphrey Bogart vistiendo gabardina.

A pesar de que existieron grandes estrellas como Dolores del Río o Katy Jurado, quienes hicieron carrera en Hollywood, o Silvia Pinal, que conquistó Europa, el que se podría decir que es el rostro de la época de oro del cine mexicano es el de María de los Ángeles Félix Güereña.

Nacida el 8 de abril de 1914 en la localidad de Álamos, Sonora, conocida por su actividad minera y por marcar el límite simbólico entre la sierra y el desierto, la fuerza histriónica de la estrella norteña supuso un cambio no solo en la gran pantalla, sino en la forma en la que se veía a la mujer en todo el país.

Tras muchas peripecias, María Félix debutó en el cine en 1942, en el clásico El Peñón de las Ánimas, dirigido por Miguel Zacarías. La película que marcó su consolidación no tardaría mucho en aparecer.

¿Cómo se ganó María Félix el apodo de “La Doña”?

Durante la década de los 40, muchas de las cintas que se realizaban en México estaban inspiradas en novelas escritas por autores extranjeros. Uno de los más populares de la época era el venezolano Rómulo Gallegos.

Doña Bárbara es uno de los títulos más reconocidos del autor sudamericano. En él, una mujer logra el cacicazgo de una región de los llanos venezolanos gracias a su poder económico, político y sexual, y un hombre recién llegado de Caracas es el encargado de acabar con su reinado.

La adaptación fílmica de esta novela corrió a cargo de Fernando de Fuentes, uno de los cineastas más importantes del país. Su Trilogía de la Revolución, integrada por El Compadre Mendoza, El Prisionero 13 y ¡Vámonos con Pancho Villa!, le había asegurado un lugar de honor en el cine nacional.

Sin embargo, hacía falta una protagonista fuerte. En un primer momento se había pensado en la diva del teatro Isabela Corona, una de las presencias más importantes en los escenarios mexicanos.

Pero el escritor Salvador Elizondo, productor de CLASA Films tenía otra idea. Había visto a María Félix en El Peñón de las Ánimas y conocía el carácter indómito de la sonorense, y consideró que era la ideal para esta cinta.

Luego del gran éxito de la cinta, que dominó las Diosas de Plata de 1944, donde se llevó los premios a Mejor película, actor y actriz de reparto, el público relacionó a María Félix con el personaje de Doña Bárbara y, desde entonces, la joven actriz se convirtió en La Doña tanto dentro como fuera de la pantalla. Y así se convirtió en leyenda.

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