Han pasado casi 29 años desde el desafortunado fallecimiento de José Antonio Hipólito Espino Mora, quien era mejor conocido como “Clavillazo”, sin embargo, la vida personal del querido actor cómico sigue siendo de interés público y una de las dudas más recurrentes que existen entre sus fans consiste en saber cuál es el origen del apodo que le dio fama, por lo que en esta ocasión te diremos este y otros datos que posiblemente no sabías acerca del simpático comediante.
José Antonio Hipólito Espino Mora, nació en Teziutlán, Puebla el 13 de agosto de 1910, fue el segundo de once hermanos y desde muy chico tuvo el interés por pertenecer al ambiente artístico, sin embargo, tuvo que abandonar sus sueños para trabajar en la carnicería de la familia para ayudar económicamente a sus padres y hermanos, así mismo, se sabe que tuvo un hermano con una discapacidad auditiva, por lo que tuvo que aprender el lenguaje de señas y dicha habilidad, le daría un distintivo en la creación de su personaje debido a que este movía mucho las manos.
La carrera artística de José Antonio Hipólito Espino Mora comenzó a tomar forma a mediados de la década de 1930 cuando entró a trabajar como ayudante general a una carpa artística que se estableció en su natal Teziutlán y no pasó mucho tiempo para que comenzara a tener sus primeras apariciones como actor. Una vez que comprobó que podía vivir del espectáculo decidió mudarse a la Ciudad de México para incursionar en “las grandes ligas” de la actuación.
Origen del apodo de “Clavillazo”
El comediante poblano se estableció en la Ciudad de México a principios de la década de 1940 y comenzó trabajando en pequeñas carpas artísticas donde fue puliendo su espectáculo, sin embargo, no fue una tarea sencilla debido a que actuó bajo distintos nombres como “Chumiate” o “Polidor”, pero ninguno de ellos logró tener una conexión con el público por lo que tuvieron que pasar algunos años para que encontrara el apodo que le daría fama.
En algún momento de su carrera, José Antonio Hipólito Espino Mora, decidió pintarse clavos sobre sus ojos como un recurso para resaltar su comicidad y a partir de ese momento comenzó a ser conocido “clavitos”, apodo que le puso Adalberto Martínez “Resortes”, no obstante, dicho sobrenombre se fue modificando hasta que finalmente se le quedó “Clavillazo”
Tras encontrar el apodo que le daría identidad, la carrera de “Clavillazo” comenzó a crecer como la espuma y primero se consolidó dentro del circuito de las carpas artísticas, donde llegó a tener su propia compañía y años más tarde, una vez entrada la década de 1950, incursionó en el cine, su primera aparición en la pantalla grande fue en la película “Monte de piedad”.
Tras su primera aparición en el cine, “Clavillazo” se convirtió en toda una celebridad y comenzó a protagonizar sus propias películas, además, compartió créditos junto a otras grandes figuras cómicas con las que se hablaba de tú a tú, lo cual, le permitió ser considerado como toda una leyenda a la altura de Germán Valdés “Tin Tan” y de Mario Moreno “Cantinflas”.
“Clavillazo” se mantuvo activo en el cine hasta mediados de la década de 1980, sin embargo, la edad lo obligó a alejarse de los reflectores y fue en noviembre de 1993 cuando falleció a causa de un paro cardiaco.
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