La actriz Sara García se ganó el cariño de todos con sus papeles como la "abuelita" del Cine de Oro, pero lo que pocos saben es que sufrió un martirio al quedar huérfana desde pequeña luego de que contagió a su madre de una enfermedad que la mató, mismo padecimiento que años después también le quitó la vida a su hija.
Sara García Hidalgo nació el 8 de septiembre de 1895, en Orizaba, Veracruz, aunque hay quienes aseguran que fue en el año de 1896. Sus padres fueron Isidoro García Ruiz y Felipa Hidalgo Rodríguez, españoles originarios de Andalucía. Se cuenta que tuvo 10 hermanos, sin embargo todos fallecieron por diversas causas.
Su debut como actriz se dio en 1917, cuando el director y actor Joaquín Coss la invitó a participar en lo que sería su primera película, "En defensa propia". Desde ese momento fueron muchos los proyectos en los que incursionó, ganando fama con papeles de mujer mayor, y para los que hizo una de las modificaciones físicas más sonadas de la época, pues se quitó 14 piezas dentales.
Sara García contagió a su madre de la enfermedad que la mató
García nació en México porque su padre era arquitecto y llegó al país para restaurar la catedral de Monterrey. En el año 1900 Isidoro García tuvo un derrame cerebral que lo llevó a estar un tiempo postrado en la cama de un hospital, y finalmente a la muerte.
La búsqueda de un tratamiento para el patriarca de la familia fue lo que trajo a toda la familia a la Ciudad de México. Sin embargo, aunque las cosas para la pequeña Sara parecían retomar su curso, en 1905 enfermó de fiebre tifoidea y aunque ella pudo recuperarse terminó contagiando a su madre, lo que la llevaría a la muerte y a dejar a García huérfana con sólo 10 años.
Sara quedó bajo la tutela de Cecilia Mallet, la directora del colegio de las Vizcaínas, donde estudiaba, y el mismo lugar en donde siendo una adolescente trabajaría como profesora de dibujo.
Su hija murió de la misma enfermedad
El nombre de Sara García aparece en más de 150 películas, la mayoría de estas filmadas en la Época del Cine de Oro, en las que compartió créditos con actores como Pedro Infante, con quien se ha dicho que no llevaba una buena relación, y de hecho tuvo que reprenderlo en una ocasión por su tardanza.
Sara se abrió paso en la industria del cine, dejó su trabajo como profesora, y se casó con Fernando Ibáñez, de quien se divorció tiempo después tras una infidelidad, y con quien tuvo a su única hija, María Fernanda Ibañez, quien nació en 1920 y siguió los pasos de su madre al convertirse en actriz.
Siendo una adolescente, Fernanda comenzó una carrera artística incursionando en el cine. Su primera aparición fue en la película "La sangre manda" de 1934, y fue tres años después cuando tuvo su primer y único papel protagónico en la cinta "La madrina del Diablo", filme en el que conoció a Jorge Negrete, de quien se enamoraría con 17 años, mientras el "Charro Cantor" tenía 27.
La relación con Negrete terminó abruptamente y en 1938 la hija de Sara García se casó con el ingeniero Mariano Velasco Mújica, con quien se fue a vivir a Ciudad Valles, en San Luis Potosí.
Lamentablemente, el 17 de octubre de 1940, mientras Sara estaba sobre el escenario de un teatro, recibió la terrible noticia de que su hija había muerto a causa de la enfermedad que le arrebató a su madre: la fiebre tifoidea, situación que llevó a la actriz a tener una gran tristeza que sólo compensaba con el amor a la actuación.
Sara García falleció el 21 de noviembre de 1980, en el Centro Médico Nacional en México en Ciudad de México a los 85 años, debido a un paro respiratorio. Días antes había sido hospitalizada después de lesionarse la cadera al caer por las escaleras de su casa.
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