The Beatles es una de las bandas de la que más leyendas surgen a su alrededor, desde la prematura de muerte de Paul McCartney, la ocasión en la que el grupo compró una isla y varios mensajes subliminales colocados en sus discos.
Sin embargo, un hecho que es tomado como cierto por parte de los fanáticos del grupo es rescatado por el autor Spencer Leigh en el libro “The Cavern” (La Caverna). De acuerdo con esta narración, el Cuarteto de Liverpool habría comido caballo.
Durante su última noche en Alemania, en el año de 1962, el grupo decidió ir a comer a un establecimiento ubicado en Hamburgo. Con ellos estaban los integrantes del grupo The Dominoes.
Todos los músicos disfrutaron de la comida durante la tarde de Navidad, junto con la Marina Mercante Británica que se encontraban en el lugar.
Te podría interesar
Un lugar peligroso para comer
El lugar se encontraba en la calle de Johannis Bollwerk y el conjunto solía ir a comer ahí porque resultaba barato y poco concurrido.
Después de disfrutar del menú, de acuerdo con John Frankland, integrante de The Dominoes, fue George Harrison quien se atrevió a hablar después de que uno de los encargados de los marinos invitó a cualquiera de los presentes a agradecer la comida.
"Sí, gracias a Dios por la sopa”, fueron las palabras del creador de “Here Comes the Sun”.
Según Frankland, el funcionario dijo que habían comido algo más de lo que creían, pero no les indicó nada más. A fin de cuentas, dijo el músico, se enteraron horas después de que el menú especial para Navidad de ese día había consistido en filetes de caballo.
La historia no ahonda más en qué dijeron The Beatles o cualquiera de los presentes, pero dejó marcado el día como uno de los peculiares momentos que vivió la banda inglesa que es reconocida como una de las más emblemáticas de la historia.
GDM