Silvia Pinal y Rafael Banquells se casaron cuando la actriz tenía apenas 17 años, esto no tanto por un loco amor, sino porque ella necesitaba tener más independencia de su familia para poder cumplir el sueño de ser actriz, es decir, buscó liberarse de las reglas de su casa para encontrar a alguien que la alentara a ser una de las grandes referentes del Cine de Oro en México.
Pero más allá de la bonita boda que se efectuó en 1947, había un invitado muy especial, Cantinflas, quien sería el encargado de sorprender a Pinal con un regalo bastante esplendido, ya que como buen padrino tenía que lucirse con el regalo para la nueva pareja del mundo del espectáculo en México.
El actor fue el padrino de boda de una ilusionada y joven Silvia, quien había conocido a Mario Moreno quien le dio una de las primeras oportunidades de brillar frente a las cámaras, por lo que no podía dejar pasar la oportunidad de llamarlo como un invitado muy especial a la boda. Entre los rumores se dice que Cantinflas le dijo que sería su padrino si no lo hacían rezar.
El regalo
Silvia tenía tan solo 17 años, mientras que Banquells 30 años cuando decidieron unirse en matrimonio, mismo que daría lugar al nacimiento de Sylvia Pasquell; pero antes de todo esto, el día que los dos unían su vida en matrimonio, Mario Moreno les daría una de las mejores sorpresas de ese día, ya que les regalaría 5 mil pesos, una fortuna para aquella época.
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Pinal en un inicio no se creía que les hubiera dado esa cantidad de dinero, inclusive dijo que revisó varias veces el cheque para confirmar que no estaba soñando, ese dinero le serviría a la bonita pareja para comprar varios objetos para la casa, siendo la sala y la recamara uno de ellos.
El tiempo le daría la razón a Pinal por aquel momento, ya que se convirtió en una de las grandes divas del Cine de Oro, pero su matrimonio con Banquells no duraría lo esperado, ya que como se mencionó anteriormente no lo hizo por amor, sino para salir del "yugo" de su padre, siendo Rafael esa persona que la alentaría para seguir su carrera como actriz, pero lo que nadie puede negar es que fue el primer gran hombre en su vida.
dza