Pedro Infante es uno de los actores mexicanos más representativos de la Época de Oro del Cine Mexicano. Su peculiar voz, carisma, físico, sencillez y presencia fueron las características que lo llevaron a ser considerado como un ícono de México y Latinoamérica.
Para nadie es un secreto que durante su larga trayectoria por el séptimo arte, el también cantante era visto como un hombre fuerte, mujeriego, coqueto y formal. De hecho, en algún momento fue nombrado "símbolo de erotismo".
El legado de Pedro Infante
El actor y cantante nació el 18 de noviembre de 1917 en Mazatlán, Sinaloa. Su padre fue Delfino Infante García, mientras que su madre era María Del Refugio Cruz Aranda, mejor conocida como Doña Cuquita.
Los tres huastecos (1948), La oveja negra (1949), Dos tipos de cuidado (1953), Escuela de vagabundos (1955) y Tizoc (1957) son sólo algunas de las películas con las que Pedro Infante alcanzó gran reconocimiento, compartiendo escenas con otros grandes de la época: Jorge Negrete y María Félix.
Su mamá fue madre de 14 hijos, de los cuales sobrevivieron nueve: María del Rosario, Ángel (quien también fue actor y cantante), María del Carmen, María Concepción, José Delfino, María Consuelo, María del Refugio, María del Socorro y por supuesto: Pedro.
Pedro Infante, símbolo de erotismo
De acuerdo con una imagen compartida por la cuenta Leyendas Mexicanas, especializada en figuras del espectáculo que han dejado huella en nuestro país, existe un artículo publicado por un periódico sin identificar titulado "Pedro es también un símbolo del erotismo".
En el texto se explica como Pedro Infante no tenía ninguna intención de convertirse en dicho símbolo, sino que fue concebido así por la misma audiencia femenina porque en las películas era visto como un "hombre fuerte, vigoroso" y "entusiasta atleta del sexo". Algo que sucedió años después con galanes como Jorge Rivero y Armando Silvestre.
Asimismo, el escrito hace hincapié en que las mujeres de la época lo veían como un símbolo de erotismo porque estaban cansadas de ser vistas como objetos/fetiches para los hombres, pues hay que decirlo: en aquella época, el machismo imperaba en las películas de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Algo entendible, pues en las cintas, los hombres solían ser aquellos machos mujeriegos que veían a las féminas como objetos sexuales, a las que además, en ocasiones solían golpear para 'mostrar autoridad'. De ahí que el texto mencione lo siguiente:
"El público consumidor femenino empezó a exigir un cambio hacia el hombre-objeto (...) lo cual implica, quizá, una secreta venganza del largo periodo en que el objeto era la mujer".
De hecho, Pedro Infante era tan consciente de que poseía un físico envidiable, que en 1939 se mostró al natural. La fotografía fue tomada por su primo Guillermo López Infante, en Guamúchil, Sinaloa.
El 15 de abril de 1957, un accidente aéreo Mérida, Yucatán, acabó con la vida del llamado Ícono de México, quien murió a los 39 años. Se trató de uno de los decesos más difíciles y dolorosos para todo México, que se vistió de luto y tardó años en recuperarse.
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