Este 2 de junio se realizarán en México las elecciones federales y estatales más grandes que se hayan visto en los últimos años, están involucrados, a diferentes niveles, las 32 entidades federativas, además de los espacios a cubrir en el ámbito federal, una ardua tarea para los mexicanos.
Como en cada una de las elecciones en este país, hay muchos caminos que podría seguir la ciudadanía, entre ellos, el llamado voto de castigo en contra de los gobiernos en el poder, dando un mapa de color muy diferente al que se tenía pronosticado en 128 cargos a la senaduría, 500 más en diputaciones, la presidencia, 16 alcaldías de CDMX, las 8 gubernaturas, entre otros.
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¿Qué es el voto de castigo?
Se trata del voto que emplea la ciudadanía en contra del partido que ya está en el poder como una forma de hacerse ver en desacuerdo con lo que está sucediendo con el país, con el estado o con el municipio. Es ampliamente conocido también como el "voto retrospectivo".
Es por esta razón que se le conoce como "voto de castigo", porque sin importar las promesas que hace para la siguiente jornada electoral, ya no existe confianza en el ciudadano, ni mucho menos respeto por sus representantes actuales, y los castigan quitándoles el voto.
Esta clase de manifestaciones en los comicios es importante, porque se trata de una forma en que la oposición puede hacerse con un poco más de firmas a su favor y quedarse con el puesto de elección popular que está en juego, mientras que el derrotado podría llegar a perder el registro al registrar una baja cantidad de la preferencia.
Por otra parte, en los puestos donde se puede dar la reelección, por ejemplo como parte de alguna alcaldía, también puede significar perder esa posibilidad, quedar fuera del cargo definitivamente y ver que poco a poco se pierden los territorios locales, y así escalar hasta perder el control de un estado entero.
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Estudios han demostrado que México es realmente un país donde se ejerce hasta las últimas consecuencias el voto retrospectivo. Algunos ejemplos que se han podido dar son la caída del PRI en el año 2000 a manos del pan, el crecimiento de gobernadores de Morena en el país y la sonada derrotas de alcaldías que tuvo el mismo partido frente al PAN.
