Su historia es digna de admiración y motivación. Son las ganas de querer salir adelante y sonreír a la vida, a pesar de los duros e inesperados golpes que se pueden presentar en el camino. Yaotzaneth Díaz de León representa a la perfección el temple que se debe mostrar en las adversidades hasta alcanzar los sueños.
A los 20 años todo cambio para ella. Fue atropellada por un autobús, en un grave accidente en el que tuvo fracturas de pies a cabeza.
A partir de ahí fue un giro de 180 grados. Fueron cerca de 10 años de cirugía en cirugía, hasta que tomó la decisión de amputarse la pierna izquierda. Sin embargo, con el positivismo que la caracteriza, tomó todo por el lado bueno.
“Cuentan los doctores que cuando desperté de la cirugía, lo primero que hice fue sonreír, porque para mí era un logro, era volver a mi vida que se había pausado por dolor, infecciones y operaciones”, indicó Yao, como le dicen sus seres cercanos, quien llegó a representar a México en el basquetbol en silla de ruedas.

Y es que, ella se ha sabido reponer a los reveces que le ha dado la vida. De hecho, cuando perdió la pierna, sufrió inflamaciones en el muñón, por lo que “me lo tuvieron que remodelar y colocarme un injerto por los tejidos que había perdido, lo dejaron funcional para el uso de prótesis”.
“Nadie golpea más fuerte que la vida, pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte. Y lo aguantas mientras avanzas. Hay que soportar sin dejar de avanzar, así es como se gana”, reza una frase de la famosa saga de Rocky, la cual no podría estar mejor aplicada que en la vida de Yao.
Cuando por fin le colocaron su prótesis en el Instituto Nacional de Rehabilitación conoció el deporte adaptado, con el basquetbol en silla de ruedas, lo que representó una luz en su camino.
“Fue un reto. No sabía cómo se jugaba esta modalidad, pero asumí el reto de controlar la silla, el balón y mi cuerpo. Cambió muchas perspectivas en mí, comencé a soñar con más cosas para un futuro. Me apasioné y quise entrenar, al inicio no era muy buena, era experta en chocar.

“Volver a sentir la velocidad me encantó, aunque sea en la silla de ruedas”, indicó la atleta y activista.
De hecho, se apasionó tanto en el deporte que llegó a ser seleccionada mexicana, y representó al país en Guatemala y en los Juegos Parapanamericanos de Lima.
Portar los colores nacionales fue un gran logro para ella, pues “antes de representar a un país, yo me visualicé representándome a mí, porque me costó mucho llegar hasta ahí. Era representar mi lucha y mis sueños, y a mis compañeras de equipo y a las personas que sufren lo que yo he sufrido. Agradezco que la vida me ha sonreído, hasta el momento de llegar a representar al país”.
Además de su familia, amigos y seres cercanos, un aliado importante en su carrera es Ottobock, pues la firma alemana le ha abierto las puertas para tener una mejor salud física y emocional.
“Agradezco mucho a ellos, porque es muy complicado necesitar un apoyo para la movilidad y no saber a dónde recurrir, de repente encontrar a personas que no son honestas y sólo nos ven como números y no como individuos”, concluyó Yao, quien va a estar presente en la Running Clinic Costa Rica 2024, la cual impulsa a personas con discapacidad a probar las prótesis deportivas.
Por Edgar Sánchez Sandoval
EEZ