WASHINGTON. Ansiedad, angustia si se quiere. Es incertidumbre, y hasta temor.
Para muchos estadounidenses las elecciones del martes son tanto amenaza como promesa. Y a menos de 48 horas de que llegue el día formal, las predicciones más serias afirman que nadie tiene idea de lo que sucederá.
El sentimiento de incertidumbre es casi palpable en Washington, donde amen de los temores generados por el ambiente electoral hay también, según The Washington Post, preocupaciones por la posibilidad de que países como Rusia, China, Irán o Corea del Norte traten de aprovechar la que se espera sea una polarizada etapa post-electoral.
Pero el miedo se refiere a lo que pase después de la elección.
Washington, una ciudad demócrata donde el recuerdo de la asonada del 6 de enero de 2021 está presente y la posibilidad de un triunfo del republicano Donald Trump se siente como un desastre en ciernes.
Los republicanos describen la capital estadounidense como "un pantano" que debe ser "limpiado", y los reportes de prensa anuncian despidos en masa de empleados del gobierno federal. "No puedo acabar de explicarte", dice Daisy, una psicóloga de profesión residente en Washington.
Es preocupación por lo que pudiera ocurrir en caso de una votación muy apretada, como se espera sea, y reacciones de violencia temidas y hasta expresadas ya por el candidato republicano, en caso de su derrota.
Una encuesta publicada el 16 de octubre reportó que 23% de los republicanos que apoyan a Trump dijeron que si pierde debería desconocer los resultados y "hacer lo necesario para asumir el cargo". 12% de los demócratas opina que la candidata Kamala Harris debería hacer lo mismo.
El republicano y sus partidarios están preparados para denunciar fraude en las elecciones, "con demandas judiciales sin pruebas y encuestas de grupos de derecha que, según analistas, estarían exagerando su popularidad y podrían ser usados por Trump para alegar que solo la trampa le impidió volver a la Casa Blanca", según The Guardian.
La preocupación es acentuada por advertencias sobre posibles actos terroristas, en aumento los últimos años y particularmente por grupos de derecha, aunque en la actual campaña solo Trump ha sido objeto de un ataque armado.
Pero The Hill aseguró que no se trata solo de los comicios presidenciales sino de todas aquellas votaciones que sean muy competidas, incluso en carreras congresionales.
"Es lo mismo que intentó en 2020", dijo el senador John Fetterman, demócrata de Pensilvania, estado bisagra, al recordar que hace cuatro años la trampa estuvo a cargo de los republicanos "que hicieron que sus madres muertas votaran por Donald Trump".
Es un temor que se reflejaba ya desde el pasado jueves en algunas tiendas y restaurantes cercanas a La Casa Blanca o el Congreso con las ventanas cubiertas por paneles de madera, como si estuvieran a la espera de una tormenta, pero ésta no provocada por la naturaleza sino por la intolerancia y la polarización humanas.
Pero es un miedo también por el día de la elección, las amenazas a su alrededor y lo que significan para el futuro para este país.
"Un número cada vez mayor de estadounidenses ricos están haciendo planes para abandonar el país de cara a las elecciones de mañana, y muchos temen disturbios políticos y sociales independientemente de quién gane, según abogados de inmigración", aseguró la cadena CNBC.
Pero no son solo estadounidenses adinerados, sino de clases medias o personas que pueden trabajar remotamente fuera de Estados Unidos.
PAL