Cúpula

Calle Madero, historia de la urbe

Hace 110 años, El antiguo Paseo de Plateros fue rebautizada con el nombre del caudillo revolucionario por Francisco Villa

Calle Madero, historia de la urbe
RELEVANCIA. Desde el siglo XIX, el Ayuntamiento capitalino prohibió el cruce de tranvías por la arteria Foto: Especial

Son las 9 de la mañana del 8 de diciembre de 1914. Con la pistola al cincho, Francisco Villa sube la escalera y devela una placa que inaugura el nuevo nombre de la antigua calle de Plateros. A partir de ese momento, advierte el caudillo, la importante arteria capitalina se llamará Francisco I. Madero y quien se atreva a quitar el distintivo y contravenir la decisión será fusilado. 

La historia del nombre actual de una de las calles más transitadas de la Ciudad de México es un ejemplo donde la elección es “producto de una decisión política, pero también de un deseo propagandístico aprovechándose de la memoria de un personaje notable”, opina la historiadora Verónica Zárate Toscano. 

Villa lleva varios días en la capital mexicana, después de la Convención de Aguascalientes se reúne en Xochimilco con Emiliano Zapata. De ahí surge una alianza formal entre la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur. Dos días después, el 6 de diciembre, los próceres revolucionarios desfilan triunfantes por las calles de la ciudad, acompañados de sus combatientes.

PASEO.
En octubre de 2010, Francisco I. Madero reabrió como un corredor peatonal, de un kilómetro de longitud.
Foto: especial.

El Centauro del Norte pensó en extender su reconocimiento al vicepresidente José María Pino Suárez, para el que eligió la calle de Isabel la Católica, que había sido bautizado así pocos años antes, pero su iniciativa no perduró.

Más tarde, las actividades capitalinas de Villa incluyeron un discurso en el Panteón Francés, al que asistió el hermano del antirreeleccionista, Raúl Madero. 

Pero la vida de la calle Madero es casi tan antigua como la misma ciudad: fue una de las primeras arterías trazadas por los españoles tras la conquista y fue en honor al Santo Cristo de los Plateros que adquirió su nombre.

Desde sus inicios destacó por su importancia: sobre ella se ubican aún rastros del convento de San Francisco y más delante se erige el Oratorio de San Felipe Neri o La Profesa. Convertida en calle peatonal, sobre Madero también se conserva la célebre Casa de los Azulejos, el Palacio de Iturbide y la Torre Latinoamericana.

EEZ

Temas