La inflación en México, y el mundo, se ha disparado a niveles no vistos en 20 años y el alza en precios de los alimentos contribuye a ello. Ya la FAO advirtió que los precios reales mundiales de los alimentos se acercaron a un máximo histórico en febrero, teniendo sus causas en factores fuera de la producción como los costos de la energía, fertilizantes y del alimento para animales.
La guerra en Ucrania continua y con ello la presión al alza en el precio de fertilizantes, energéticos y granos. China sigue frenando mercancías y personas en su intento de controlar el contagio por COVID-19 y, con ello, continua la interrupción de cadenas de suministro.
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Inflación: El Pacic de AMLO podría costarnos aún más
Para enfrentar al monstruo inflacionario, la semana pasada el Presidente López Obrador presentó el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), con duración de seis meses y contemplando 16 medidas. De lo expresado en el Pacic, mucho se relaciona con agricultura.
Las medidas incluyen el mantenimiento del subsidio y pérdida de recaudación del IEPS para controlar el precio de gasolina, gas y electricidad. Esto contribuye a mitigar el alza en precios dentro de las cadenas de producción.
La eliminación de aranceles en algunos productos agrícolas como la papa o el frijol son una oportunidad, aunque sea temporal, para que consumidores compren estos alimentos sin el “sobreprecio” que implica el arancel.
Igualmente, acciones para reforzar la seguridad del trasporte, carreteras y mayor eficiencia en aduanas y puertos reduce costos y ayudará a controlar las presiones inflacionarias en el mediano plazo, si bien no en el corto. Lo más relevante aquí es que no importa que el argumento principal sea el control de la inflación. Lo que más queremos los mexicanos es un país con más orden, paz y seguridad.
Por otro lado, los programas Sembrando Vida y Producción para el Bienestar, no parecen tener sentido como medidas inflacionarias. Los ciclos agrícolas sobrepasan los seis meses del Pacic y el diseño de los programas no está focalizado en una eficiencia de producción y suministro que permitan disminuir costos, como tampoco articulan cadenas de valor sostenibles que incrementen la oferta nacional.
Peor aún, el gobierno reforzará los precios de garantía, que elevan el precio por arriba del mercado a productores agrícolas. Pero, ¿el objetivo no es bajar precios, en lugar de incrementarlos artificialmente en perjuicio de los consumidores?
En su conjunto, será difícil que el Pacic actúe como un remedio ante la inflación, pues ésta se mide con un conjunto de 299 productos y servicios genéricos que integran el Índice Nacional de Precios al Consumidor. Es poco factible que un grupo pequeño de bienes logren controlar la inflación en su conjunto.
¿Por qué es importante actuar para contener la inflación? Porque el incremento en los precios de los bienes y servicios afecta más a las familias más pobres, erosiona los ahorros de las personas y distorsiona las señales de precios. Por eso, también pensar en inversión, certeza jurídica y seguridad en México es parte de transitar este episodio de inflación global.
Por: María Elena Martínez Murillo, es consultora en desarrollo sostenible, Strategink. Maestra en Economía para el Desarrollo. Exbecaria Fulbright-García Robles. Twitter @mariaemmc